Mensaje del 44 Congreso de Teología: Por un cristianismo que “no renuncie a la utopía”

Mensaje del 44 Congreso de Teología: Por un cristianismo que “no renuncie a la utopía”
Foto | Patiwat Sariya (Vecteezy)
El mensaje final del 44 Congreso de la Asociación Teológica Juan XXIII propone un “cristianismo radical”, plural, que defienda la justicia económica, ecológica y de género y camine “desde las periferias al centro, construyendo puentes para la paz, una “paz desarmada y desarmante”.

En su comunicado, la asociación apuesta por “pensar, debatir e imaginar colectivamente el futuro al que queremos llegar, establecer alianzas para rehacer un nuevo “contrato social” y hacer realidad las oportunidades que nos ofrecen la transición ecológica, los avances tecnológicos puestos al servicio de la  humanidad más desprotegida, las ventajas de una sociedad feminista donde todas las personas vivamos mejor y la diversidad que aporta la migración”.

Para superar el “colapso mundial”, alentado por “las narrativas belicistas”, que justifican flagrantes violaciones de los derechos humanos como está ocurriendo con el genocidio en Gaza, por “las leyes discriminatorias”, que barren a las mujeres de “la dirección del mundo” y las consideran “incapaces de representar al Dios patriarcal” y por “el avance de los movimientos de extrema derecha, antidemocráticos y ultraconservadores”, la asociación de teólogos y teólogas propone un “cristianismo radical”, entendido como “ir a las fuentes antropológicas del ser, del vivir y del convivir y a las raíces evangélicas”.

Para ella, propone, desarrollar la “hospitalidad” con las personas migrantes, refugiadas y desplazadas; la condena del “sexismo, la LGTBIQ+fobia y las masculinidades hegemónicas”; “el compromiso con el ecofeminismo”; y  la no imposición de la concepción occidental del cristianismo al resto de las culturas; junto con  “la alianza con los movimientos sociales”.

En esta visión, destaca la asociación “el pensamiento político, económico, ecológico revolucionario del Papa Francisco con sus cuatro noes: no a una economía de exclusión que mata, no a la nueva idolatría del dinero, no a un dinero que gobierna en vez de servir y no a la inequidad que genera violencia” y su “empeño en la reforma de la Iglesia”, aunque “en la práctica sigue manteniéndose la estructura jerárquica y clerical y la
discriminación de las mujeres”.

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El mensaje de este congreso, seguido por más de 250 personas desde varios puntos del planeta, aboga por un “cristianismo marcado por los pluralismos y las oscuridades, que defienda la justicia económica, ecológica y de género y aprenda a caminar por terrenos mezclados de flores y espinas, sin idealismos, pero sin renunciar a la utopía”.

“Invitamos a caminar juntos desde las periferias al centro, construyendo puentes para la paz, una “paz desarmada y desarmante” (León XIV), basada en la justicia, la equidad y el respeto a la diferencia, en medio de una guerra en pedazos contra la naturaleza y la humanidad”, concluye.