La ONU alerta del éxodo en Gaza mientras la Asamblea General refuerza el reconocimiento a Palestina

Cientos de familias palestinas continúan huyendo del norte hacia el sur de la Franja en condiciones dramáticas, al tiempo que la Asamblea General, que se realiza esta semana, autorizó la participación de Palestina en su 80ª sesión y varios países se preparan para reconocer su Estado.
La carretera costera al-Rashid, que conecta el norte y el sur de Gaza, se ha convertido en escenario de un éxodo masivo de familias palestinas que huyen de los bombardeos israelíes. A falta de transporte, y con precios que superan los 3.000 dólares por trayecto, muchos caminan durante horas cargando sus pertenencias.
“No dejaron una sola casa sin bombardear. Hemos caminado seis horas, porque no encontramos ningún automóvil, ni transporte”, relató Abu Nader Siam, un anciano que se desplaza apoyado en un bastón junto a su esposa Zakia, también exhausta. Ella recuerda que su hogar quedó reducido a escombros y que han dormido en la calle durante días.
La desesperación se repite en miles de historias. Umm Shadi al-Ashqar cuenta que “allí hay muerte, bombardeos, explosiones y destrucción de los hogares. Si no hubiera bombardeos, nadie se habría ido”, según el testimonio recogido en Noticias ONU.
Uno de los testimonios más desgarradores lo aporta Ayman al-Khatib, que perdió a más de 25 miembros de su familia en Jabalia: “Mis hijos, mi esposa, mi madre, mis hermanos y sus esposas… estos son los que quedan de mi familia”.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), el costo medio del desplazamiento se eleva a 3.180 dólares, mientras la escasez de combustible y refugios agrava la tragedia. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) calcula que más de 250.000 personas se han visto obligadas a abandonar la ciudad de Gaza en el último mes, 60.000 de ellas en apenas 72 horas.
Una conferencia mundial para rescatar la solución de dos Estados
Este lunes, 22 de septiembre, en la sede de la ONU en Nueva York, una cumbre mundial de Jefes de Estado y de Gobierno intentará revivir la estancada “solución de dos Estados”: un Estado israelí y otro palestino, coexistiendo en fronteras seguras y reconocidas.
En abril, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió ante el Consejo de Seguridad que el proceso “corre el riesgo de desaparecer por completo” y que la voluntad política “se siente más distante que nunca”. No obstante, lanzó una pregunta clave: “¿Cuál es la alternativa? ¿Es una solución de un solo Estado en la que los palestinos son expulsados o forzados a vivir en su tierra sin derechos?”. Subrayó que es “deber de la comunidad internacional mantener viva la solución de dos Estados y luego materializar las condiciones para que suceda”.
La propuesta de dos Estados, presente desde 1947 en resoluciones de la ONU y reforzada en los Acuerdos de Oslo de 1993, sigue siendo el objetivo principal de Naciones Unidas para poner fin a la ocupación y lograr una paz justa, con Jerusalén como capital compartida.
La conferencia llega en un contexto inhumano: más de 60.000 muertes palestinas en Gaza desde 2023, la denuncia de genocidio por parte de la Comisión Internacional de Investigación, hambruna en el norte de la Franja y expansión de asentamientos en Cisjordania.
A pesar de ello, en las últimas semanas la iniciativa ha ganado impulso diplomático. El 12 de septiembre, la Asamblea General aprobó por amplio margen la “Declaración de Nueva York”, que pide una paz duradera basada en la solución de dos Estados.
El presidente palestino Mahmud Abbas no podrá estar físicamente en Nueva York por la negativa de Washington a concederle visado, incumpliendo sus compromisos como país anfitrión, pero la Asamblea General ha autorizado su participación por videoconferencia, con 145 votos a favor, 5 en contra y 6 abstenciones. La decisión fue interpretada como un gesto político de amplio respaldo. En paralelo, países como Portugal, Bélgica, Francia, Reino Unido, Australia y Canadá anuncian su reconocimiento oficial al Estado palestino.
La expectativa es que la Conferencia marque un nuevo impulso para una hoja de ruta de la ONU hacia los dos Estados, en medio de la devastación humanitaria y de la urgencia de un acuerdo político viable.

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)