El Jubileo LTGBI+, “una acción de gracia plena”

El Jubileo LTGBI+, “una acción de gracia plena”
Foto | gionata.org
“Este Jubileo ha sido una caricia deseada de la Iglesia que, a veces, no ha sabido acompañarnos, sobre todo, para los padres y madres que han tenido que soportar el rechazo a sus hijos durante mucho tiempo” explica Luisma González, teólogo y miembro de Crismhom y uno de los asistentes a la peregrinación de personas LGTBI+ que este sábado cruzó la puerta santa de la Basílica de San Pedro.

Entre 1.000 y 1.400 personas de una cuarentena de países han participado en el Jubileo LGTBIQ+ que comenzó en el Vaticano el 5 de septiembre con un encuentro con el padre jesuita James Martin. A las 11 de la mañana del sábado, el obispo Francesco Savino, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, presidió la misa solemne con los peregrinos y a las las 15.00 horas las personas asistentes recorrieron la Vía de la Conciliación hasta la Puerta Santa de San Pedro, cargados con la cruz arcoíris, que un grupo había acarreado a pie durante nueve días, recorriendo más de 100 kilómetros.

Visiblemente emocionado, Luisma reconoce la trascendencia de que “la Iglesia a través de este jubileo acoja y reconozca a las personas LGTBI+, valore su dignidad y nos invite a empezar de nuevo, a resetear nuestras vidas”, además de calificar lo vivido este fin de semana como “sorprendente”, más aún cuando tras la muerte del papa Francisco se podía pensar que este evento desaparecería del calendario vaticano.

“Ver a tanta tantas personas, que han estado olvidadas y estigmatizada, acompañadas y reconocidas, respetadas en su dignidad, a las que se les dice que habéis estado, estáis y estaréis ahí, es una manera de decir que no podemos seguir de cualquier manera en la Iglesia y un orgullo para quienes hemos estado luchando para que esto ocurra”, reconoce González, que se acuerda especialmente de “la gente quemada, con la vida cumplida antes de tiempo, que ha soportado el dolor, el silencio y la prohibición, pero no se han dado por vencidos, sino que han encontrado una rendija por la que ha entrado la luz, porque ni la oscuridad, ni el dolor tienen la última palabra”.

Iglesia fraterna, acogedora y segura

Desde una clave teológica, considera que ha llegado el momento de pasar de “la apología de la pertenencia a través del bautismo, que sigue siendo importante, al kairós, a un nuevo tiempo en el que Dios nos dice que nos quiere como somos, como sentimos y como amamos, que no se ha equivocado con nosotros”, lo que, desde su punto de vista, tiene que fortalecer “una Iglesia más fraterna y acogedora, un lugar seguro para todas las minorías, desde la diversidad y la peculiaridad”.

“Es también una nueva época pascual”, a su entender, “en la que vemos que Dios está por medio; quienes tenemos fe hemos podido ver que no estamos solos, que Dios nos lleva de la mano y que está a nuestro lado en este tiempo de incertidumbre y de miedos”.

Desde luego, este particular jubileo, que aunque no forma parte de los grandes eventos vaticanos como el de los jóvenes o los pobres, ha escrito una primera página en la historia vaticana, ha sido para Luisma, “una acción de gracia plena porque Dios está en lo cotidiano y nos llama a discernir qué viene de Él y qué no”.

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“Nos confirma en la fe y nos llama a crear redes colaborativas, poner nombre a las realidades, no solo LGTBI+, sino también a aquellas  que tenemos más cerca, porque cuando se hace eso la masa pierde anonimato y podemos descubrir a Cristo en los rostros y en lo personal”, apunta el teólogo.

“Restituir la dignidad a todos, sobre todo a quienes ha sido negada”

Durante la Eucaristía, en la Iglesia del Gesù, el templo de los jesuitas que cuenta con una acción pastoral a las personas LGTBI+, presidida por el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Francesco Savino, les dijo que “ninguno debe sentirse excluido” en la Iglesia e invitó a “liberarse de los prejuicios”, al tiempo que subrayaba que “el Jubileo debe ser un periodo de justicia reparativa” y que “es el momento de restituir la dignidad a todos, sobre todo a quienes ha sido negada”.

El discurso del también obispo de Cassano all’Jonio fue interrumpido en varias ocasiones por el aplauso de los asistentes, a los que confesó que el mismo León XIV le había pedido que fuera “a celebrar este Jubileo de las asociaciones que se ocupan de estos hermanos y hermanas»”

El Jubileo LGTBI+ es fruto de una propuesta lanzada por La Tenda di Gionata (La Tienda de Jonathan), un movimiento fundado por el fallecido sacerdote italiano David Esposito para favorecer la acogida a los cristianos LGTBI+ y sus familiares y acabar con su discriminación dentro y fuera de la Iglesia. El nombre hace referencia a las palabras del profeta Isaías, que nos invita a “ensanchar la tienda” (Is 54).

Luisma pide ahora que “el Señor inspire a cada cual cómo construir una iglesia más fraterna, acogedora y segura, más allí donde muchas personas son perseguidas, encarceladas y hasta asesinadas por su manera de amar, de ser y estar”.

Lo que es seguro es que no olvidará estos días en los que ha rezado en Roma, “en nuestra casa, la sede de la Iglesia de los confesores de la fe y de los mártires”, junto a otras personas  allí presentes y tantas otras, muchas, la mayoría, que no han podido estar porque están invisibilizados, son perseguidos por la política, a causa de la salud o el trabajo”.

Su propósito ahora es “seguir, junto a otras comunidades, comprometidos con la causa del reinado de Dios”, con la ayuda de Carlo Acutis, joven enfermo de Leucemia y devoto de la Eucaristía, y Pier Giorgio Frassati, joven católico antifascista, a cuya canonizaciones pudieron asistir también este domingo los peregrinos del jubileo LGTBI+.