“Nos sigues llamando”

“Nos sigues llamando”

Esta mañana, con una oración y verso acogedor, se nos invitaba a renovar nuestra llamada y la que resuena en los equipos y en la realidad eclesial.

Ahí se insertó la propuesta de Maite Valdivieso para el encuentro de consiliarios, animadoras y animadores de la fe en este curso de verano de la HOAC que hoy [por el lunes] dio comienzo.

Este resumen quiere recoger –en forma versada– la exposición, las llamadas, la memoria compartida y el envío esperanzador al estilo de Jesús en el mundo obrero:

“Nos sigues llamando”

1
En un silencio lleno de vida,
donde el alma se arrodilla sin palabras,
nos sigues llamando.

2
Nos sigues llamando…
desde la fragilidad que clama en los portales,
en los cuerpos cansados de tantas madrugadas,
en las manos heridas del trabajo precario,
en la valentía tierna
de quienes no se rinden.

3
Nos sigues llamando…
en la memoria de tantas hermanas y hermanos
que tejieron comunidad con sudor y Evangelio,
en las heridas que preferimos no mirar
y en los nombres que aún no hemos aprendido a pronunciar.

4
Nos llamas
en los márgenes,
en las grietas de un mundo desconectado,
en el grito mudo de quienes sobran,
en la ternura oculta
de quienes acompañan y sostienen.

Y nos susurras, Jesús,
que todo sigue siendo bueno…
si lo miramos con tus ojos.

5
Nos sigues llamando…
en la comunidad que cuida,
en el equipo que dialoga y se transforma,
en las tiendas que se expanden,
en la mesa que se parte,
en el pan compartido
y el vino derramado
por tantas vidas comprometidas.

6
Nos llamas
a no quedarnos quietas,
a no acostumbrarnos,
a seguir soñando
que es posible otra forma de vivir,
otra economía,
otra Iglesia,
otro nosotros.

7
Nos sigues llamando…
a mirar como Tú miras,
a amar como Tú amas,
a sanar desde las heridas,
a tocar desde lo humano,
a hacernos cargo del mundo desde abajo.

8
Tú, Jesús, no te quedaste en la cima del gallinero.
Te deslizaste sin hacer ruido,
entre las que apenas picotean esperanza,
dejando que las más fuertes te sobrepasaran,
y así, desde abajo, nos revelaste el rostro de Dios.

9
Y Maite nos invita…
a orar con profundidad,
a hacer un silencio que nos permita acoger en nuestras vidas
y dejar que el Espíritu sople hasta transformarnos.

A recordar con gratitud
desde nuestro ser HOAC,
donde la vida se entrelaza con la vida laboral
y el Evangelio se hace presente en nombres y rostros.

A recibir la propuesta de Dios
como una invitación a la humanización,
que nos abra los ojos para ver la fragilidad
y el corazón para abrazarla.

También puedes leer —  Maru Megina: “Queremos comprender, cuidar y transformar desde la fraternidad las nuevas fragilidades que atraviesan el mundo laboral”

A ser conscientes de las sombras que nos rodean,
sin temor a nombrarlas,
para que la luz del Reino las ilumine.

A soñar juntos y juntas,
a hacer nuestro el sueño de Dios
hasta que se convierta en realidad en nuestras calles y trabajos.

A vivir todo esto como una comunidad que cuida,
que crea lazos,
que teje fraternidad con paciencia y ternura,
hasta que el pan y la esperanza se compartan por igual.

10
Y aquí estamos:
desde Vitoria hasta Canarias,
de Córdoba a Cataluña,
de León a Alicante,
trayendo historias, preguntas y certezas,
con el Evangelio en el corazón
y el mundo obrero en nuestras venas.

11
Aquí estamos,
como una comunidad que escucha,
como un pueblo en camino,
como una Iglesia amiga del Señor.

12
Y una vez más,
con temor y temblor,
te decimos:
haznos Neumatóforos,
aliento para los cansados,
cuidado para los descartados,
un paso abierto hacia tu Reino.

Esto lo decimos desde las palabras que guían nuestro andar:

“El amor ya no es una cosa, sino una persona: el mismo Cristo. Y la regla ya no es amar al prójimo como a sí mismo, sino amarnos unos a otros como Cristo nos amó y nos ama. Esta, y no otra, es la señal que distingue a los verdaderos seguidores de Cristo en este mundo.”
(Guillermo Rovirosa)

“Les animo a seguir siendo pueblo de Dios en medio de la vida obrera. Sigan tejiendo historias de encarnación y abrazo… La Iglesia necesita de ustedes. Sigamos adelante, démoslo todo, pero dejemos que sea Él quien haga fructíferos nuestros esfuerzos como a Él le parezca.”
(Papa Francisco a la HOAC)


13
Y aquí estamos, Señor,
escuchando tu llamada,
siguiendo tus pasos,
sabiendo que tu Reino ya está en marcha…
y que aún nos necesitas:
como militantes del Evangelio,
como consiliarios con olor a oveja-rebaño,
como animadoras y animadores de la fe,
con las alas manchadas de tierra,
acompañando la vida…
en este gallinero,
donde tú, Jesús, elegiste quedarte abajo.