¡No en nuestro nombre!

Al entrar en la salón donde se están realizando los curso de verano de la HOAC, un militante comenta, tras ver la noticia de Abascal sobre las declaraciones sobre los trabajadores y el trabajo: “preocupante…. ¿Y pensar que las trabajadoras y trabajadores mayoritariamente cristianos le votará? ¿Qué estamos haciendo mal?”, se pregunta.
En las jornadas abiertas de oración de los cursos de verano hemos terminado rezando: pedimos luz para discernir, fuerza para resistir y ternura para cuidar.
Y desde ahí surge este GRITO HOAC: ¡NO EN NUESTRO NOMBRE!
Ante las políticas de ultraderecha que siembran odio,
levantan muros contra migrantes,
pisotean derechos laborales
y recortan libertades en nombre de una patria excluyente,
decimos: ¡No en nuestro nombre!
Ante el silencio cómplice de la derecha moderada,
que calla para no incomodar,
mientras se normaliza el racismo, el machismo y la mentira,
gritamos: ¡No en nuestro nombre!
Somos Iglesia en el mundo obrero,
seguimos a Jesús que anunció libertad a quienes están oprimidos,
justicia para quienes trabajan sin dignidad,
año de gracia para quienes el mundo descarta.
Las nuevas vulnerabilidades
—precariedad, migración, crisis ecológica, explotación de mujeres, flexiexplotación—
no son terreno para el miedo,
sino llamada de Dios a construir su proyecto:
la dignidad y la vida de los pobres en el centro.
Defendemos el trabajo digno, la justicia social,
la igualdad de derechos para todas las personas,
la tierra como casa común.
Frente al odio, ponemos fraternidad.
Frente al miedo, ponemos esperanza.
Frente al silencio, ponemos palabra y compromiso.
Porque algo nuevo está brotando…
y no dejaremos que lo arranquen.
Que tu Espíritu nos enseñe a orar con los pies y las manos, con la risa y el cansancio, con la agenda y con el Evangelio.
Que sepamos decirte “sí”
cada mañana al levantarnos,
y que al caer la noche,
sepamos reconocer
que también hoy
te hemos encontrado.
Volvemos a lo de siempre, pero no igual.
Algo se ha encendido en lo hondo.
Caminamos con ojos más atentos,
con pasos más humildes,
con el corazón dispuesto a encontrarte
en lo que hoy nos espera.
“Enséñanos a orar con la vida, a comprometernos como quien reza y a denunciar como quien bendice.” Amén. Que así sea.

Consiliario de la HOAC de Bilbao