Imanol Zubero: “El capitalismo entra en pánico cuando dejamos de mercantilizar la vida”

Imanol Zubero: “El capitalismo entra en pánico cuando dejamos de mercantilizar la vida”
El sociólogo Imanol Zubero, encargado de abrir las jornadas de profundización y diálogo de los Cursos de Verano de la HOAC, conversa en esta entrevista ligera sobre nuevas palabras, viejas luchas, rupturas necesarias y sueños persistentes. Con su tono cercano y su mirada crítica, invita a mirar el mundo del trabajo desde nuevas sensibilidades, sin perder la esperanza ni la alegría

¿Cuánto pesa tener que ofrecer respuestas cuando son tantas y tan difíciles las preguntas?

Bueno, pesa lo que siempre ha pesado… Hay una frase de Galeano que dice: “Cuando ya teníamos las respuestas, cambiaron las preguntas”. Creo que es la dinámica clásica e histórica de la gente que quiere transformar la vida. Siempre tenemos preguntas más difíciles de lo que nos gustaría, y hay que esforzarse por buscar respuestas que no siempre están a la altura de esas preguntas. Pero ese esfuerzo hay que hacerlo.

¿Ha cambiado tanto el mundo que necesitamos palabras nuevas como algocracia, riders, ecofeminismo, flexiexplotación?

Pues a veces sí. Es verdad que existe una especie de pensamiento mágico que cree que, por el hecho de usar una palabra nueva, ya cambia o se modifica la realidad. Y no siempre es así. Pero también es cierto que algunas de esas palabras nos permiten ver viejos problemas con un enfoque nuevo. Algunas nos ayudan a mirar desde otro ángulo, con otra perspectiva.

¿Dónde queda la conciencia de clase, el orgullo de pertenencia, la fuerza de lo común y la organización desde abajo?

Durante un tiempo, todas esas ideas iban de la mano. Hoy ya no siempre es así, pero la idea de trabajar desde abajo sigue más presente que nunca. Lo común también. De hecho, lo común y los comunes se han convertido en una clave fundamental. La cuestión de clase está ahora más problematizada, quizá porque no hemos aprendido a mirarla desde una perspectiva menos tradicional, más renovada.

Creo que, efectivamente, hay una clase de personas que están vulneradas y otra que vulnera. Y a esa clase de personas vulneradas pertenecemos la inmensa mayoría de trabajadoras y trabajadores. Tenemos que darnos cuenta de que formamos parte de esa clase.

¿Hay esperanza cuando resulta más fácil imaginar el fin del mundo que el del capitalismo?

Imaginar el fin del capitalismo no es tan difícil. Es más, el capitalismo entra en pánico cuando dejamos de mercantilizar nuestras vidas. No se puede hacer de golpe ni de forma absoluta, pero sí es posible en muchas circunstancias y aspectos. El capitalismo es muy frágil, es el emperador desnudo. Basta con no pasar por caja… y muchas veces podemos hacerlo.

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¿Cómo puede la espiritualidad, en particular la cristiana, impulsar nuevas sensibilidades y respuestas ante la férrea lógica de la rentabilidad?

Los seres humanos somos espirituales, seres trascendentes. No nos conformamos con el aquí y el ahora: siempre buscamos un “más allá”. A veces ese más allá está en el propio presente, a veces lo encontramos en otras perspectivas. Y la perspectiva cristiana, en concreto, es disruptiva. Nos permite asumir con alegría las rupturas con el capitalismo. Nos muestra que, al romper con él, no perdemos, sino que ganamos.

¿Todavía es posible soñar en estos días? ¿Sueña Imanol Zubero con ovejas eléctricas?

[Ríe] No, con ovejas eléctricas no… Prefiero las ovejas naturales. Pero sí, claro que se puede soñar. No solo es posible, es fundamental. Los seres humanos somos soñadores. Estamos permanentemente echando a volar globos, zepelines… Algunos se estrellan, otros se nos escapan, pero otros los llevamos de la mano y disfrutamos como chiquillas y chiquillos viendo cómo flotan.

¿Qué estás leyendo?

Uf, ¡67 cosas! Estoy con un libro que no recuerdo cómo se titula, de Capitán Swing [Si ardemos. La década de las protestas masivas y la revolución que no fue]. También estoy leyendo Feminismo o muerte, de la autora que acuñó el término ecofeminismo, Françoise d’Eaubonne. Y releyendo y leyendo cosas nuevas de Hannah Arendt. Imprescindible. En fin, un poco de todo.

¿Y qué música escuchas?

Soy bastante clásico. No escucho muchas cosas nuevas. Me siguen gustando Van Morrison, Tom Waits, Bruce Springsteen… Hay una canción que me encanta: Los olvidados, de Pedro Pastor. Me parece una maravilla. Un poco como Papá, cuéntame otra vez, de Ismael Serrano. Canciones que me tocan. La escucho muchas veces.