El umbral del horror: La organización israelí B’Tselem denuncia el genocidio en Gaza

El umbral del horror: La organización israelí B’Tselem denuncia el genocidio en Gaza
FOTO | Tras una lona desgastada, niños de Gaza sostienen cuencos vacíos, con el rostro marcado por la fatiga y el hambre. Vía ONU
“Israel está cometiendo un genocidio contra los palestinos en la Franja de Gaza”, informe Our Genocide

Con esta contundente afirmación comienza el informe publicado por la organización israelí de derechos humanos B’Tselem, que durante más de tres décadas ha documentado violaciones sistemáticas contra la población palestina en territorios ocupados.

El informe, titulado Our Genocide –el nombre, Nuestro genocidio, ya adquiere una enorme carga de profundidad– y difundido este mes de julio, denuncia una transformación radical en la política de Israel desde el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023 pasando de un régimen de control y segregación a una estrategia explícita de aniquilación física, social y simbólica de la población gazatí.

La acusación de genocidio van más allá del impacto directo de los ataques militares.

El documento identifica una constelación de prácticas que, en conjunto, configuran lo que el derecho internacional define como crimen de genocidio: el intento de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso. Entre las acciones denunciadas, destacan:

  • Asesinatos masivos, tanto en bombardeos como en operaciones terrestres.
  • Creación de condiciones de vida inhumanas, propiciando hambruna, colapso sanitario y desplazamientos forzosos.
  • Destrucción sistemática de la infraestructura civil, incluidas escuelas, hospitales y campamentos de refugiados.
  • Detenciones sin juicio y torturas, con centros de detención convertidos en “campos de tortura”.
  • Ataques a la identidad colectiva, mediante el desmantelamiento de la UNRWA y la destrucción de referentes culturales.

Todo ello, afirma la organización israelí, es una estrategia planificada de destrucción.

Genocidio como proceso

Una de las aportaciones más relevantes del análisis es su enfoque estructural y de largo alcance.

No se evalúa la ofensiva actual como un hecho aislado, sino como la culminación de un proyecto histórico, de más de 70 años, de discriminación, institucional, segregación y dominio colonial.

“Las bases del régimen son las que han hecho posible lanzar un ataque genocida tras el 7 de octubre de 2023”, afirman.

La organización israelí identifica tres pilares que han facilitado esta deriva genocida:

  • Un régimen de apartheid, basado en la separación étnica, la ingeniería demográfica y la expulsión forzosa.
  • El uso institucionalizado de la violencia, con impunidad garantizada para los perpetradores.
  • La deshumanización sistemática del pueblo palestino, retratado como una amenaza existencial.

Aunque el ataque de Hamás del 7 de octubre, que causó más de 1.200 muertes, la mayoría civiles, es descrito como un crimen atroz, la organización humanitaria denunciante sostiene que no puede justificar una respuesta basada en la destrucción sistemática de una población entera.

Un genocidio en expansión

El informe advierte “del peligro claro y presente de que el genocidio no se limita a Gaza”. También se está intensificando la violencia en Cisjordania, Jerusalén Este y en el interior de Israel, donde la población palestina sufre detenciones arbitrarias, represión y demolición de viviendas.

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B’Tselem llama la atención sobre el riesgo de que la lógica del exterminio se extienda a toda la geografía controlada por el Estado israelí.

Complicidades internacionales

La ONG con sede en Jerusalén critica a la comunidad internacional a la que denuncia su inacción y complicidad, tanto de países europeos y como de los Estados Unidos.

Señala que muchos gobiernos han legitimado o facilitado el curso genocida, ya sea con declaraciones que refuerzan el “derecho a la autodefensa” o con suministros directos de armas y municiones.

“La violencia que estamos presenciando no habría sido posible sin la pasividad —o el respaldo activo— de potencias occidentales”, denuncian.

Una voz que interpela desde dentro

La singularidad del documento radica en que es elaborado por un colectivo israelí compuesto por judíos y palestinos, con presencia activa en los territorios ocupados.

Su denuncia no llega desde el exilio ni desde una entidad externa, sino desde el interior del sistema israelí, lo que confiere al informe un valor político y ético ineludible.

“Vivimos bajo un régimen que clasifica a algunos como sujetos privilegiados por ser judíos, y a otros como indignos de protección por ser palestinos”, subrayan.

Esta voz crítica desde dentro pide frenar el genocidio, actuar de forma urgente y emplear todos los instrumentos legales internacionales para detener el proyecto de exterminio en curso.

El informe Our Genocide marca un punto de no retorno, ya que, por primera vez, una institución israelí de derechos humanos califica como genocidio la acción de su propio Estado.

En un contexto donde se agudiza la crisis humanitaria en Gaza y se visibiliza la parálisis diplomática, este documento planea una respuesta clara, firme y coherente con los principios que fundan el derecho internacional.

Atender este informe, escuchar su denuncia y actuar en consecuencia es una cuestión de dignidad humana y de memoria histórica.