El cardenal Cobo reclama un “pacto nacional de migraciones” y respeto a la libertad religiosa

El arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), cardenal José Cobo, ha defendido que la diversidad religiosa es “un valor para la sociedad” y que el Estado debe facilitar su expresión pública, en un artículo publicado en Agenda Pública a propósito de la polémica decisión del Ayuntamiento de Jumilla (Murcia) de impedir que la comunidad musulmana realice celebraciones religiosas en un polideportivo municipal.
“Debilitar la debida presencia religiosa es debilitar la convivencia”, advierte Cobo, para quien “el miedo al diferente nunca es la respuesta a la diversidad”.
A su juicio, “una procesión católica arraigada en una fuerte tradición o una fiesta del cordero en el seno de una población con presencia significativa musulmana no pueden constituir una amenaza a nada ni a nadie”.
El prelado reivindica la “laicidad positiva” del Estado, entendida como “no confesionalidad, pero sí el respeto fundamental hacia las creencias y convicciones de los miembros de la sociedad, sin retrocesos en lo ya logrado”.
Recuerda que “la libertad religiosa debe ser acogida y la libertad de culto respaldada”, y subraya que este derecho “no es una concesión del Estado, sino un derecho natural que debe ser reconocido como un derecho civil” (CIC 2106).
También cita la declaración conciliar Dignitatis humanae, que pide que “este derecho de la persona humana a la libertad religiosa sea reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad, de tal manera que llegue a ser un derecho civil” (DH 2).
Cobo rechaza relegar la religión al ámbito privado, ya que eso supondría “cegar su enorme capacidad para enriquecer el desarrollo del bien común”.
Denuncia que con frecuencia se impulsa una “privatización de lo religioso” bajo la bandera de una supuesta neutralidad, que en realidad “coloca sutilmente a la religión como algo negativo o perjudicial para el desarrollo” y oculta “la gran aportación de las religiones al desarrollo de las personas y la convivencia social”.
El cardenal llama a evitar tanto la imposición como la marginación de las creencias. “El fundamentalismo religioso, los populismos políticos, los reduccionismos y la política del miedo conducen a la desfiguración de la religión en la sociedad”, denuncia.
Migración e integración
En su análisis, el fenómeno migratorio está en el centro del debate. Jumilla, explica, ha acogido durante años mano de obra agrícola y hoy cuenta con “más de 1.500 nuevos vecinos trabajando e integrándose”. España, añade, recibe a estos nuevos pobladores “no solo como fuerza laboral, sino como parte viva de su tejido social”.
“Son personas las que llegan, y cada una es un valor para la sociedad. Máxime cuando llegan porque las hemos llamado de un modo u otro”, afirma.
Por ello, plantea la necesidad de “un pacto nacional de migraciones entre todos los partidos políticos, evitando discursos ideologizados y oportunistas” y combinando “la dignidad de toda persona, el bien común, la seguridad y la asunción de las responsabilidades de los Estados”.
El vicepresidente de la Conferencia Episcopal considera que Europa, “humanizada por tantas innegables raíces cristianas”, y España, “que tiene en lo mejor de su tradición el respeto a los diferentes”, deben favorecer procesos de integración social y cultural en los que los inmigrantes participen “activamente sin renunciar a sus creencias, desde la asunción sincera y cordial de los valores democráticos y los derechos humanos universales”.
Réplica argumentada al discurso ultra de Abascal
El artículo de Cobo se publica en plena polémica provocada por el líder de Vox, Santiago Abascal, con la Iglesia española por el caso de Jumilla.
La CEE, junto a la Comisión Islámica de España, advirtió que la moción aprobada por el Ayuntamiento –a propuesta de Vox y con el apoyo del PP– vulnera el derecho fundamental a la libertad religiosa.
De hecho, el Gobierno inició este lunes el proceso de impugnación de este veto al considerar que atenta contra la libertad religiosa.
En respuesta, Abascal arremetió –con insinuaciones graves y sin pruebas–, contra “una parte” de la jerarquía eclesiástica, insinuando que su postura estaría condicionada estaban condicionadas por subvenciones públicas, ingresos vinculados a la atención a migrantes dedicados a “la estructura” –en referencia a Cáritas y la atención que realiza hacia el colectivo de migrantes– y por el “silencio” derivado de los casos de pederastia.
La gravedad de estas acusaciones revelan un autoritarismo que no tolera ni la convivencia ni la democracia y buscan desacreditar a quienes cuestionan su agenda política de odio migratorio, islamofóbico y racista.
El texto del cardenal Cobo, defendiendo que “el miedo al diferente nunca es la respuesta a la diversidad” y que “debilitar la debida presencia religiosa es debilitar la convivencia”, supone una réplica argumentada al discurso de Abascal y su partido.

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)