Reclaman una estrategia integral contra la trata que incluya la promoción del trabajo decente

En el Día Mundial contra la Trata de Personas, la Iglesia y los sindicatos reclaman un enfoque centrado en las personas afectadas y una respuesta institucional firme.
La trata de personas es un delito que prospera donde faltan derechos, justicia y vigilancia. Así los datos oficiales solo muestran que el número de personas víctimas del delito de tráfico de personas alcanzó las 69.627 personas en 2022, un 25 % más que antes de la pandemia.
La explotación laboral (42 %) ha superado por primera vez a la sexual (36 %) como finalidad principal, al tiempo que niños y niñas representan el 38 % de las víctimas; las mujeres adultas, el 39 %.
En todo el mundo hay 27,6 millones de personas en situación de trabajo forzoso en el mundo, generando 236.000 millones de dólares en beneficios ilícitos. En España, en 2024, la policía liberó 648 víctimas y desarticuló 77 organizaciones criminales.
La Confederación Sindical Internacional (CSI) propone un nuevo contrato social que erradique el trabajo forzoso y la trata en todas sus formas, tras denunciar el aumento de la represión sindical.
Además, apoyar el esfuerzo de las agencias internacionales que trata de combatir las redes de trata, como la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC) que reclama a los Estados investigaciones proactivas, cooperación transfronteriza y apoyo integral a las víctimas o la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que recuerda el compromiso de la Agenda 2030 para erradicar el trabajo forzoso y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), en la 21º Conferencia de la Alianza contra la Trata de Personas, que ha subrayado la necesidad de reducir la demanda que alimenta la explotación.
En el ámbito europea, la directiva (EU) 2024/1712, todavía por incorporar a nuestra legislación, introduce nuevos delitos ligados a la explotación en línea y refuerza la asistencia a las víctimas que deberán ser debidamente perseguidos en todos los Estados miembros.
Las reivindicaciones sindicales alcanzan también a nuestro país. Desde USO reiteran su compromiso de combatir este tipo de explotación del que a solo se conoce una pequeña parte.
Reclama la aprobación y dotación presupuestaria de la Ley Orgánica integral contra la Trata y la Explotación de Seres Humanos, actualmente en trámite parlamentario, así como el refuerzo de la Inspección de Trabajo para detectar casos de trata en sectores especialmente vulnerables como la agricultura, el servicio doméstico, la hostelería y las plataformas digitales.
Expertos y movimientos sociales contra la trata defienden una estrategia integral que persiga eficazmente las redes criminales, garantice la protección y reparación a las víctimas, además de mejorar la recolección de datos para diseñar políticas efectivas.
Pero también plantean la necesidad de contrarrestar las posibilidades de que las personas caigan en las garras de las organizaciones criminales a través de la promoción del trabajo decente y negociación colectiva, la ampliación de la protección social y la regularización de la migración laboral, así como imponer obligaciones de diligencia debida a las cadenas de suministro y reducir la demanda de servicios y productos fruto de la explotación.
¡No a la trata! ¡Acabemos con la explotación!
La Comisión Diocesana contra la Trata de Personas ha lanzado un llamamiento claro, ¡No a la trata! ¡Acabemos con la explotación!”, en el que denuncia que este delito ocurre también en nuestras ciudades y barrios, e insiste en que el silencio, la indiferencia y el desconocimiento permiten que las mafias sigan actuando.
En su comunicado, no solo llaman a la ciudadanía en general y la comunidad creyente en particular a informarse y difundir esta dura realidad que tanto dolor y sufrimiento causa en las personas atrapadas en estas redes, sino también a denunciar situaciones sospechosas, apoyar a quienes acompañan a las víctimas y comprometerse activamente en la defensa de la dignidad humana.
“Decir NO a la trata es decir sí a la dignidad, a la libertad, a la vida”, afirman desde la pastoral social.
Por su parte, la red internacional de religiosas del Sagrado Corazón (RSCJ) ha editado una Guía de Oración que recoge palabras del papa Francisco, en la que afirmaba que “si cerramos los ojos y los oídos, seremos cómplices de la trata de seres humanos”. ().
La guía invita a la oración como acto de solidaridad y transformación, y propone textos bíblicos como Isaías 58:6 y Lucas 4:18-19, que llaman a liberar a los oprimidos y actuar con justicia.
También se plantea cómo abordar los retos interrelacionados de la trata, la injusticia climática y la migración forzosa, y se anima a ser “peregrinos de la esperanza”.

Redactor jefe de Noticias Obreras