¿Qué sentido tiene hoy el trabajo?

¿Qué sentido tiene hoy el trabajo?
Foto | Mina Rad (unsplahs)
El entendimiento y la vivencia del trabajo humano está cambiando, tal vez, afectando al sentido que le hemos dado hasta ahora. Es significativa la reivindicación de la reducción de la jornada laboral.

Las jóvenes generaciones –aparte determinadas excepciones– ya no experimentan su compromiso laboral como aquella realidad que «dará sentido a sus vidas». Sin tener una conciencia explícita, instrumentalizan el trabajo al servicio de otros deseos e ideales.

La inmensa mayoría de reivindicaciones laborales que se realizan en los convenios, incluidos los que reclaman los sindicatos, tienen carácter exclusivamente salarial.

Esta apreciación, en realidad, no es del todo exacta, porque se lucha, a la vez, por algunas reivindicaciones que tienen que ver con el bienestar: más vacaciones, más días de «libre disposición», más «puentes» y algunas reclamaciones respecto a la salud, la seguridad en el trabajo. Pero nada o casi nada de la democracia interna dentro del trabajo.

Me temo que tampoco se lucha por recuperar lo que hemos perdido estos últimos años, el contenido de nuestro «Estatuto de los trabajadores», que conseguimos durante el franquismo.

En mi caso, enfoqué mi opción por el trabajo, en primer lugar, dándole a la vez un sentido pastoral y político, de transformación social. Insistía, con mi sindicato, CCOO, en reclamar prioritariamente mejoras salariales, sin tener en cuenta la realización integral de la persona.

Aunque es justo decir que, en una primera fase de la lucha antifranquista, el compromiso sindical tenía un componente más ambicioso que el estrictamente laboral. De ahí la denominación de los sindicatos como movimientos sociopolíticos.

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