“Que no haya más muertes en el trabajo”

“Que no haya más muertes en el trabajo”
La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Sevilla vuelve a alzar la voz contra siniestralidad laboral que siguen cobrándose vidas en la provincia y en todo el país, con la realización de un gesto público de denuncia y oración

La tarde del pasado jueves, un nuevo gesto público de denuncia y oración reunió en Sevilla a militantes de este movimiento diocesano de trabajadoras y trabajadores cristianos, familiares de víctimas y miembros de la Asociación de Víctimas de Accidentes Laborales y Enfermedades profesionales de Andalucía (AVAELA). La concentración se celebró para recordar a las personas fallecidas en accidentes laborales durante el mes de mayo, y para renovar el compromiso colectivo de “no acostumbrarse” ni resignarse ante estas tragedias cotidianas, invisibilizadas con demasiada frecuencia.

“Ya son quince las personas fallecidas en lo que va de año en la provincia de Sevilla”, lamentaron los convocantes. Solo en mayo se registraron al menos dos muertes, aunque el número real podría ser mayor, debido a la dificultad para obtener datos completos, especialmente de quienes trabajan de forma irregular. “Ni siquiera cuentan en las estadísticas”, denunciaron.

El acto comenzó con un recordatorio de las cifras estatales que dibujan un escenario de grave deterioro. En 2024 murieron en España 796 personas por accidente laboral, un 10,4% más que el año anterior. Los sectores con más siniestralidad fueron el transporte, la construcción y la industria manufacturera. Las principales causas de muerte fueron infartos, atrapamientos, accidentes de tráfico y caídas en altura.

“Desde 2020 no se ha conseguido reducir el número de víctimas mortales. La cifra se ha estancado, lo que refleja una carencia estructural: no hay una auténtica cultura de la prevención”, señalaron.

Víctimas con rostro, nombre y sueños rotos

En el gesto se recordaron los casos de Jesús, de 49 años, atropellado por un tractor en Osuna el 8 de mayo, y de Manuel, de 28, muerto por una caída en altura el 22 de mayo en una nave industrial del Polígono El Pino. “Tenía todo preparado para viajar a Polonia… no pudo cumplir ese sueño, ni ninguno más”, se leyó, se mantuvo un respetuoso silencio y se incorporó una cruz, una vela y una esquela. “Podría ser tu hijo, podría ser alguien de tu familia”.

La reiteración de este tipo de accidentes evidencia, según los convocantes, que “en demasiados sectores las medidas de seguridad siguen siendo una opción y no una obligación”. Criticaron duramente la falta de investigación, el escaso eco mediático y la impunidad de muchas empresas: “Las víctimas laborales mueren dos veces: en su puesto de trabajo y en la indiferencia colectiva”.

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“El papel aguanta todo”, dijeron en referencia a unas regulaciones que, sobre el terreno, siguen sin aplicarse. Las familias, por su parte, se ven atrapadas en un laberinto burocrático, enfrentadas a juicios eternos y sanciones mínimas. “Si una empresa sabe que la multa puede ser inferior al coste de proteger, la ecuación es clara: sale más rentable arriesgar vidas”.

Una llamada a la esperanza y a la acción colectiva

Pese a la dureza de la situación, el mensaje final del gesto fue de esperanza. “No todo está perdido. Nosotros no queremos resignarnos”, afirmaron. Destacaron el papel de las organizaciones sociales, las asociaciones de víctimas y los sindicatos que siguen alzando la voz frente a la negligencia. “La historia demuestra que los derechos laborales no han sido concesiones gratuitas, sino conquistas arrancadas con esfuerzo y sacrificio”.

En este sentido, se recordó una afirmación del papa Francisco que marcó profundamente el acto: “Si el trabajo es una relación, entonces tiene que incorporar la dimensión del cuidado, porque ninguna relación puede sobrevivir sin cuidado”. Esa es la convicción que guía a la HOAC y a quienes participaron en este gesto: que cuidar el trabajo es cuidar la vida.

“Necesitamos un compromiso colectivo”, concluyeron. “Desde los trabajadores que deben denunciar, hasta los periodistas que deben visibilizar; desde los consumidores que exigen responsabilidad social, hasta los legisladores que deben reformar leyes. Porque el trabajo es para la vida: que no haya más muertes en el trabajo”.