UGT apoya la decisión del Gobierno sobre la OPA al Sabadell mientras CCOO pide impedirla

UGT apoya la decisión del Gobierno sobre la OPA al Sabadell mientras CCOO pide impedirla
Foto | Tnarik Innael (Flickr)
Los dos principales sindicatos se han pronunciado sobre las condiciones impuestas por el Gobierno a la operación pública de adquisición presentada por el BBVA sobre el Sabadell. Mientras UGT respalda la decisión del gobierno, CCOO pide ir más allá e impedir la fusión.

La organización de trabajadores y trabajadoras que lidera Pepe Álvarez ha respaldado la decisión del Ejecutivo de mantener por, al menos tres años, ampliables a cinco, los dos bancos, con cuentas de resultados separados y órganos de decisión diferenciados.

“Esta medida preserva la diversidad operativa del sistema bancario español y actúa como cortafuegos ante el riesgo de concentración excesiva”, apunta UGT, que ha mostrado su satisfacción por que se haya incluido también la condición de preservar los puestos de trabajo y la red de sucursales actual.

CCOO y UGT ya habían adelantado que la fusión de los dos bancos podría implicar la desaparición de entre 7.684 y 10.567 puestos de trabajo directos, con especial incidencia en las personas mayores de 50 años y el cierre de entre 589 y 883 sucursales. UGT valora positivamente las exigencias  para garantizar el acceso al crédito para pymes y autónomos, “como esenciales para proteger el interés general”.

La entidad resultante concentraría alrededor del 70% de los activos bancarios del país, agravando el riesgo sistémico y debilitando la salud del sistema financiero.

Para el sindicato, las medidas establecidas, “no sólo resultan indispensables para mitigar los efectos más lesivos que este tipo de operaciones” para el tejido social y económico, sino que deberían llevar al BBVA a “desistir de su intento de absorción, al constatar que no existe margen para utilizar esta operación como vía de recorte, exclusión financiera o concentración de poder de mercado”.

Con todo, UGT entiende que la OPA hostil lanzada por el BBVA para adquirir el Banco Sabadell muestra la necesidad de que este tipo de entidades “refuercen su autonomía y su solvencia estratégica”, para reducir su vulnerabilidad ante los intentos de concentración que puedan producirse en el futuro, en perjuicio de “la competencia, el empleo y la oferta de servicios financieros esenciales”.

Por su parte, CCOO sigue pidiendo medidas más drásticas, al considerar que el plazo transitorio, junto con otras obligaciones,  sólo contribuyen a modular los perversos impactos en un periodo temporal, pero “sin impedirlos a medio plazo”.

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Por ello, este sindicato reclama elevar el “nivel de exigencia desde los reguladores y supervisores del sector financiero”, alcanzar un “acuerdo laboral que proteja las condiciones y el empleo de las dos plantillas”, acompañado de “un proyecto de grupo empresarial sólido, con viabilidad futura y arraigo en los territorios”.

Consumidores lamentan que la operación continúe abierta

En similar sentido se había pronunciado hace unos días la organización de consumidores FACUA que había pedido al Gobierno que directamente que rechazara la OPA, debido a que supondría “el cierre de numerosas oficinas, la pérdida de miles de empleos y un deterioro significativo en la atención al cliente”. En la consulta pública habilitada por el Ejecutivo, había manifestado que la concentración bancaria podría agravar “la exclusión financiera, sobre todo en zonas rurales donde ya se ha reducido drásticamente la presencia de entidades bancarias”.

De hecho, en un comunicado al poco de conocerse la decisión aprobada en el Consejo de Ministros, la asociación de consumidores lamentó que no se hubiera impedido la operación.

FACUA recordaba que “las experiencias pasadas con operaciones de concentración bancaria han revelado un empeoramiento en la calidad y accesibilidad y la reducción de los servicios” y daba por seguro el “cierre de oficinas y cajeros que llevan aparejadas este tipo de operaciones” y alertaba de que “la concentración de las entidades financieras provoca entre otros aspectos que haya menos oferta, lo que acaba perjudicando a los usuarios que asumen el aumento de comisiones por sus servicios bancarios y ven deteriorada la atención con el previsible cierre de oficinas”.