Iglesia y sindicatos se unen en defensa del trabajo digno en la diócesis de Orihuela-Alicante

En un encuentro promovido por la Pastoral del Trabajo, representantes de la Iglesia, encabezados por el obispo José Ignacio Munilla, y del sindicato CCOO L’Alacantí-Les Marines y del Vinalopó-Vega Baja comparten preocupaciones y propuestas en torno a la dignidad del trabajo y la situación laboral en la provincia
La reunión, en la que participaron también miembros de Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y Cáritas Empleo, tenía como objetivo fortalecer el diálogo entre Iglesia y sociedad civil, especialmente en el ámbito laboral.
El encuentro ha reforzado los vínculos y coincidencias especialmente en torno a la iniciativa Iglesia por el trabajo decente (ITD), así como en otros espacios de colaboración con la mesa de las empleadas de hogar, comunicados y concentraciones ante las muertes en el trabajo.
Tanto desde el ámbito eclesial como laboral se emplazaron a continuar el diálogo en torno a los problemas de las personas trabajadoras en la diócesis de Orihuela-Alicante, así como en la búsqueda de soluciones integrales.
Munilla comenzó reiterando la importancia que para la Iglesia tiene la llamada cuestión social y destacó la relevancia de la elección de León XIV, como continuador de la doctrina social que oficializó León XIII con su encíclica Rerum novarum.
Entrando en la actualidad, el prelado compartió su preocupación ante la situación de la vivienda y su impacto en las familias trabajadores y subrayó la necesidad de que el tejido empresarial apoye a las familias y mejore las condiciones laborales.
Igualmente mencionó la gran cantidad de bajas laborales que se producen en España y el alto consumo de ansiolíticos, sobre todo en mujeres y jóvenes y señaló la precariedad laboral como un gran obstáculo para la emancipación de los jóvenes y el desarrollo de su proyecto familiar.
Por su parte, las organizaciones de trabajadores alertaron de la desventaja que para la diócesis supone el “monocultivo del turismo” que se caracteriza por salarios bajos, a pesar de los crecientes beneficios empresariales.
Una de las representantes sindicales presentes en la reunión, Eva Calleja, coincidió en señalar que hay que “poner en el centro de la vida económica y social a la persona”, con el objetivo de humanizar nuestra vida laboral y social; también mencionó como a menudo la digitalización del trabajo nos aísla y poco a poco destruye nuestro tejido social.
Su compañera Carmen Palomar apuntó al sector manufacturero como uno de los que tienen una carga importante de trabajo, donde la precariedad laboral es mucha, así como una importante economía sumergida o no reglada.
La imposición de aranceles, sobre todo en el calzado, informó, está teniendo graves repercusiones en algunas empresas en la zona, por lo que la sindicalista llamó a buscar soluciones.
Además, destacó el alto porcentaje de personas migrantes en el sector agroalimentario y en los trabajos de cuidado, en su gran mayoría abocados a la precariedad y falta de derechos.
En la reunión se abordaron también la realidad de las nuevas formas de trabajo asociada a las nuevas tecnologías, el auge de las políticas de extrema derecha, el negacionismo sobre el cambio climático.

Redactor jefe de Noticias Obreras