En un mundo que nos rompe, seguir caminando y construyendo

En un mundo que nos rompe, seguir caminando y construyendo

Ante este mundo, ¿No os sentís con ese sentimiento de sobrecogimiento, de desbordamiento? ¿No os sentís con ese sentimiento de incertidumbre y de miedo? Mi respuesta personal es que sí y, posiblemente, sea compartida, sobre todo, por esas personas buenas que quieren pasar por la vida haciendo el bien e intentando dejar un mundo un poco mejor de cuando llegaron a él.

Vemos el genocidio televisado en Gaza, vemos esas imágenes que nos hacen preguntarnos con más insistencia cómo es posible que ese pueblo judío que sufrió el exterminio esté cometiendo un genocidio, que ya tiene tintes de exterminio, con la población civil de Gaza. Nos hemos despertado con el ataque de Israel, se ha convertido en un monstruo, a Irán. Vemos tantos conflictos en el mundo que siguen activos y que ni siquiera son conocidos. Vemos cómo el cambio climático no se combate con la contundencia que sería necesario y hasta se niega. Vemos una corrupción política-empresarial que son mazazos que desacreditan a la clase política y que amenazan a la propia democracia; nos faltaba el caso de Santos Cerdán. Vemos cómo el racismo, la xenofobia y el rechazo al pobre se institucionaliza.

Todo esto, no anula los signos pequeños de la utopía que se dan en muchos rincones del mundo y que constituyen pequeñas lucecitas, que iluminan esta humanidad. Pero, estamos en un mundo que nos rompe, que nos hace tener muchas dificultades para creer en la utopía o en la creencia que se puede mejorar este mundo con más dosis de humanidad. Yo percibo mucha tristeza, desolación y desesperanza. Negar esto sería engañarnos y meter la cabeza bajo el ala; está ahí y nos pesa mucho.

Pero, hay una actitud que podemos tener y que me parece muy importante y fundamental, aunque cuesta mucho y en ocasiones, cuesta muchísimo, y es no dejar de caminar, aunque no veamos los resultados y aunque veamos cómo la maldad crece y la inhumanidad campa por su ancha por todo el planeta con toda la impunidad e inmunidad.

Aunque este mundo nos rompa, no dejar de construir, no abandonar, seguir soñando despiertos, poniendo nuestra semilla y una cosa que creo que es esencial: Ser críticos y autocríticos para no justificar nuestras contradicciones e incoherencias, para mejorar como personas y personas comprometidas con esa esperanza por la paz, la fraternidad, la reconciliación, la justicia y la libertad.

Permitidme que insista de nuevo, aunque este mundo nos sobrecoge y nos duela, con ese dolor que nos rompe, no dejar de caminar, aunque vayamos más lentos y lentas y no perder la sonrisa y no dejar de abrazar.

Para terminar, os dejo un mensaje de vida del ya fallecido Pepe Mujica: “Permanezco a una generación que quiso cambiar el mundo, fui aplastado, derrotado, pulverizado, pero sigo soñando que vale la pena luchar para que la gente pueda vivir mejor y en igualdad”.

Un mensaje para hacerlo vida.