Francisco sigue hablando en el Jubileo: el trabajo en el centro del cambio de época

En su segunda jornada en Roma, la pastoral del trabajo participó en un diálogo con el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral y en un seminario internacional que reunió a Iglesia, sindicatos y sociedad civil. El mensaje fue claro: el trabajo no es solo empleo, es cuidado, dignidad y esperanza en un cambio de época global.
Por la mañana, la delegación de la pastoral del trabajo mantuvo un encuentro de trabajo con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, ministerio vaticano que articula, desde la Doctrina Social de la Iglesia, líneas de acción frente a los desafíos contemporáneos.
El equipo del Dicasterio, encabezado por la hermana Alessandra Smerilli, secretaria del Dicasterio en sede vacante, dio la bienvenida a la delegación española y expresó su reconocimiento por el trabajo que viene desarrollando la pastoral del trabajo en España.
A través de un vídeo de presentación institucional, se explicó la estructura y misión del Dicasterio, organizada en tres grandes ejes: escucha y diálogo, reflexión e investigación, y comunicación. Desde esta perspectiva, se subrayó la necesidad de acompañar pastoralmente los procesos que afectan al desarrollo humano integral, como el cambio climático, las migraciones, las condiciones laborales precarias o la violencia social, y de situar las periferias en el centro de la misión eclesial.
Durante el encuentro se destacó la importancia de generar redes y de compartir experiencias pastorales para animar a las Iglesias locales en su tarea de acompañamiento al Pueblo de Dios. El Dicasterio insistió en su disponibilidad para recibir información y testimonios desde las realidades concretas con el fin de fortalecer una comunicación fluida y abierta con las comunidades eclesiales, en concreto con la pastoral del trabajo de la Conferencia Episcopal.
Por parte de la delegación española, presidida por el obispo de esta pastoral, Abilio Martínez, se compartió el deseo de que la voz del Dicasterio tenga mayor visibilidad dentro de la vida de la Iglesia, especialmente en lo relativo al mundo del trabajo. Se presentó la experiencia de la pastoral del trabajo como un puente eficaz entre la realidad laboral y el compromiso cristiano, con estructuras organizadas en el ámbito diocesano, cauces de diálogo social, y un horizonte de comunión con el conjunto del tejido eclesial y social.
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Se reconoció el interés mutuo por favorecer el conocimiento compartido de las distintas iniciativas que se están desarrollando. Se destacó, en este sentido, la importancia de recoger y difundir buenas prácticas, generar procesos y fomentar espacios de coordinación, incluso en el ámbito europeo.
El Dicasterio presentó algunos de los proyectos en los que está trabajando actualmente, como la actualización del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, las nuevas orientaciones pastorales sobre salud y discapacidad, o el estudio en marcha sobre el impacto de las nuevas tecnologías en el mundo del trabajo. Esta última iniciativa, estructurada en dos fases (análisis y reflexión), está prevista que se complete a finales de este año.
Durante un diálogo muy participado, se compartieron también preocupaciones comunes, como las dificultades que afronta la evangelización en el mundo laboral juvenil, la necesidad de crear redes internacionales, o la conveniencia de escuchar también las voces que, desde el compromiso social, ayudan a interpretar los signos de los tiempos. La delegación expresó su disposición a colaborar e intercambiar experiencias con el Dicasterio y a compartir materiales e iniciativas que puedan ser de utilidad para otras Iglesias locales.
La reunión concluyó con el gesto simbólico de entrega del documento sobre el Jubileo de los Trabajadores y las orientaciones pastorales de la Conferencia Episcopal Española, como muestra del camino recorrido y del deseo de contribuir, desde la pastoral del trabajo, a una Iglesia cada vez más atenta al clamor del mundo del trabajo y al horizonte del bien común.
El mundo del trabajo como lugar de esperanza
La tarde se centró en el seminario internacional “El mundo del trabajo, lugar de esperanza”, organizado por las ACLI, el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral y otras entidades en el contexto del Jubileo de los Trabajadores. El encuentro reunió a organizaciones sindicales, representantes eclesiales, expertos internacionales y movimientos sociales para reflexionar, en sintonía con el Jubileo, sobre los desafíos globales y las posibilidades de transformación que nacen desde el trabajo.
La convocatoria quiso ser un homenaje y una continuación del magisterio social del papa Francisco, especialmente en lo que respecta a la centralidad del trabajo como fuente de dignidad, relación y cuidado. Desde distintas perspectivas —eclesial, sindical, académica y social— se recordó la insistencia del pontífice en colocar el trabajo en el corazón de la vida humana, no como mero instrumento económico, sino como camino de humanización.
Se subrayó con fuerza que ninguna relación puede desarrollarse sin cuidado, y que también en el ámbito laboral cuidar es lo primero: cuidar a las trabajadoras y los trabajadores, a sus condiciones, a su salud, a su dignidad. Cuidar el trabajo es cuidar la vida.

Tejer comunidad en tiempos de complejidad
La reflexión se abrió al análisis de los grandes retos contemporáneos. Se habló de transformación digital, de inteligencia artificial, del impacto de la economía extractiva, del cambio climático y de las migraciones. Pero sobre todo, se hizo presente la necesidad de una alianza social que devuelva al trabajo su valor humano y comunitario, más allá del salario, en un tiempo marcado por la fragmentación y la incertidumbre.
La mesa redonda de los tres principales sindicatos italianos, acompañada por la Iglesia y la ACLI, –un logro muy relevante– puso el acento en la necesidad de proteger los puestos de trabajo frente a la siniestralidad laboral, de garantizar salarios justos y de avanzar hacia formas de participación real de los trabajadores en las decisiones económicas. Se reivindicó el diálogo social como instrumento insustituible para responder colectivamente a problemas complejos, desde la reconstrucción de los espacios laborales como lugares de solidaridad y democracia.
Especial atención mereció la situación del desempleo juvenil, de las mujeres en el mercado laboral y de quienes quedan excluidos de los circuitos de formación. La urgencia demográfica, la emigración forzada por falta de oportunidades y el abandono de las personas jóvenes fueron señalados como desafíos que requieren una respuesta integral.
Frente a esta realidad, se apeló a la esperanza como actitud y compromiso en este cambio de época. Una esperanza que no niega la dificultad, pero que la atraviesa con conciencia, diálogo y comunidad. Se reconoció el valor de espacios como este, donde convergen diferencias y se construye unidad desde la pluralidad.
Encuentros de cercanía y colaboración futura
Finalizado el acto, la delegación de la pastoral del trabajo mantuvo breves encuentros de cercanía tanto con responsables de la Conferencia Episcopal Italiana como con la ACLI, valorando el tono constructivo del seminario y su capacidad para conectar la dimensión espiritual del Jubileo con el compromiso social. También se saludó a representantes sindicales, en un gesto de fraternidad y comunión con quienes trabajan por la justicia desde el terreno concreto del mundo laboral.
Este sábado, la delegación de la pastoral del trabajo, continua con su programa del jubileo en memoria del legado de Francisco y su permanente búsqueda de la justicia social, con un acto de oración ante la tumba Franciscus, situada en Santa María la Mayor, como gesto de gratitud y comunión. Y concluirá este domingo con una celebración eucarística en acción de gracias por este tiempo vivido y compartido.

Director de Noticias Obreras