El sindicalismo global llama a defender la democracia en el Primero de Mayo

El sindicalismo global llama a defender la democracia en el Primero de Mayo
“Este sistema diseñado para el 0,0001% está manipulado para perjudicarnos, pero los trabajadores y las trabajadoras de todo el mundo se están alzando y organizando para recuperar la democracia”, denuncia Luc Triangle, secretario general de la Confederación Sindical Internacional (CSI) en su declaración del Primero de Mayo

La Confederación Sindical Internacional (CSI) ha lanzado un durísimo manifiesto con motivo del Primero de Mayo de 2025 en el que llama a los trabajadores y trabajadoras del mundo a movilizarse para “recuperar la democracia del golpe de Estado multimillonario” apoyado por opciones políticas de extrema derecha y en clara alusión a Trump-Musk.

Frente a un modelo económico y político “manipulado por una élite para eludir impuestos, explotar a los trabajadores, alimentar la polarización de la sociedad, contaminar nuestro medio ambiente y destruir los servicios públicos”, el movimiento sindical internacional defiende una alternativa basada en la solidaridad, la dignidad y la justicia social.

Un llamamiento global contra el poder desmedido de los más ricos

En su declaración, la CSI denuncia cómo los multimillonarios están “comprando políticos para que redacten leyes a su medida”, fomentando un sistema global que permite la evasión fiscal, el deterioro de los servicios esenciales, la degradación ambiental y la precarización laboral, mientras se embolsan beneficios “obscenos”. “Quieren eliminar las normas que limitan sus abusos, pero imponer más control sobre nuestras vidas”, afirman.

En este sentido, el movimiento sindical propone una alternativa concreta: un Nuevo Contrato Social que garantice fiscalidad justa, regulación efectiva, educación y sanidad universales, salarios dignos, empleos sostenibles, igualdad real y derechos para todas las personas.

Una visión para reconstruir la democracia desde la base

La campaña de este Primero de Mayo va más allá del gesto simbólico. La CSI ha anunciado que el próximo 8 de mayo —coincidiendo con el 80º aniversario de la derrota del fascismo en la Segunda Guerra Mundial— presentará sus reivindicaciones ante la comunidad internacional, alertando sobre las consecuencias del actual modelo económico y pidiendo “medidas urgentes” a los gobiernos y organizaciones globales.

“Los trabajadores y las trabajadoras exigen un Nuevo Contrato Social que responda a sus necesidades, no a las de los multimillonarios que socavan la democracia”. Según el secretario general de la CSI, reclamar impuestos justos, servicios públicos sólidos, un salario vital y una transición justa “no son reivindicaciones radicales, sino los cimientos de una sociedad justa”, en palabras de Triangle.

Una alternativa para las mayorías sociales

El manifiesto es también una respuesta directa al discurso hegemónico que normaliza la desigualdad y la impunidad de las grandes fortunas. Frente al “saqueo de la clase multimillonaria”, el movimiento sindical internacional plantea una visión de justicia global con demandas claras.

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Frente a los que “quieren no pagar impuestos, pero que paguemos más nosotros”, los sindicatos exigen una fiscalidad justa donde todos aporten en función de lo que tienen. Frente a los que “quieren eliminar las normas que limitan sus abusos, pero imponer más control sobre nuestras vidas”, defienden normativas sólidas, con una regulación que proteja el trabajo.

Frente a los que “quieren colegios privados de élite para sus hijos, pero escuelas con fondos insuficientes para los nuestros”, los sindicatos luchan por una educación de calidad para todas las personas, no un privilegio para unos pocos. Frente a los que “quieren servicios de lujo para ellos, pero servicios públicos miserables para nosotros”, reclaman unos servicios públicos capaces de cuidar a las personas y sus barrios.

Frente a los que “quieren una sanidad de lujo y jubilaciones doradas para ellos, pero nos dejan a nosotros sin red de seguridad”, exigen protección social universal,  asistencia sanitaria universal y asequible, y pensiones dignas para todas las personas. Frente a los que “quieren bonificaciones multimillonarias para ellos, pero salarios de miseria para nosotros”, defienden salarios vitales para vivir con dignidad.

Frente a los que “quieren engañarnos sobre el cambio climático y hacer viajes espaciales de lujo, pero dejarnos un planeta devastado”, reivindican empleos de calidad y sostenibles. Trabajos que satisfagan las necesidades de nuestras comunidades y protejan el planeta. Frente a los que “quieren libertad total para ellos, pero niegan la igualdad a mujeres y a los colectivos más explotados”, exigen libertad e igualdad para todas las personas para poder vivir y trabajar sin miedo ni discriminación.

Frente a los que “quieren seguridad privada y paraísos fiscales para ellos, pero fuerza bruta y guerras para nosotros”, defienden la paz y la solidaridad: basta de odio, guerras y divisiones alimentadas por multimillonarios. Y frente a los que “quieren eliminar las fronteras para sus negocios, pero construir muros y prisiones para los migrantes”, reclaman la libertad para desplazarse, trabajar y construir una vida sin explotación ni criminalización.

“No estamos lanzando un simple llamamiento a la acción. Se trata de un movimiento mundial para recuperar la democracia y construir una economía que responda a todas las personas”, concluye el comunicado de la CSI.