El Comercio Justo ofrece alternativas frene la explotación de trabajadores y recursos

El Comercio Justo ofrece alternativas frene la explotación de trabajadores y recursos
La coordinadora estatal de Comercio Justo anima a la ciudadanía a consumir productos elaborados en condiciones dignas para las personas trabajadoras y respetando el entorno natural, como palanca para reducir la desigualdad, la pobreza y los efectos del cambio climático.

En el Día Mundial del Comercio Justo bajo el lema “Hay un producto de Comercio Justo para cada momento del día” la coordinadora recuerda que 700 millones de personas continúan viviendo en la pobreza en un mundo en el que también se incrementó el número de seres humanos que pasan hambre en los últimos 15 años. Esto se está produciendo mientras el sistema económico se alimenta del consumo desmesurado de recursos naturales, especialmente en el Norte global, a costa de las poblaciones del Sur.

Desde la década de los años 70 se adelanta el llamado Día de la Sobrecapacidad de la Tierra llegando el pasado 2024 a fijarse en el mes de julio. España gastó los recursos naturales que le correspondían utilizar ese año durante el mes de mayo. La Coordinadora Estatal de Comercio Justo concluye que “vivimos como si tuviéramos 1,75 planetas a nuestras disposición”.

Además, el año 2024 fue el más cálido del planeta, superándose el aumento del 1.5ºC de temperatura media con lo que esto desencadena en términos de sequías, temporales de lluvia y otros fenómenos metereológicos extremos que afectan mucho más a las poblaciones del Sur global.

La coordinadora enfatiza que todos los consumidores que “podemos contribuir a la solución a través de nuestros hábitos y consumos cotidianos”. El mensaje “Hay un producto de Comercio Justo para cada momento del día” ofrece una interesante ruta por las actividades en el día a día de cualquier persona y la oferta de productos elaborados con respeto a los derechos laborales, la igualdad y el medio ambiente.

Másde 2.000 cooperativas y empresas sociales

Más de 2.000 cooperativas y empresas sociales están funcionando en diferentes regiones del mundo produciendo y distribuyendo café, cacao, azúcar, té, karité, argan, textil, productos de higiene corporal y menaje del hogar, entre otros.

El café es el producto estrella en este sector del consumo desde que comenzó su comercialización en 1973, dando empleo en condiciones dignas a 873.000 agricultoras y agricultores en unas 700 cooperativas que comercializaron 924.000 toneladas en 2021.

Otros productos que están generando empleo en condiciones respetuosas con las personas son el cacao con 458.000 trabajadores en 420 cooperativas que producen 700.000 toneladas y el azúcar, que da empleo a 50.000 personas en casi 100 cooperativas que ponen en el mercado anualmente 554.000 toneladas.

También puedes leer —  Doce meses de comunicación esperanzada

La mayoría de las cooperativas productoras de café están radicadas en Nicaragua, Guatemala, Honduras, Colombia, Etiopia y Uganda, las de cacao en países africanos como Costa de Marfil y las de azúcar en América Latina.

Por otro lado, crece la conciencia sobre la necesidad de consumir ropa producida en las condiciones del Comercio Justo en un mundo donde las grandes campañas de marketing de la moda “low cost” han promovido la compra masiva de ropa en la población. Solo en España cada persona gasta 390 euros de media cada año en comprar ropa.

Gran parte de esos artículos llegan a los comercios después de jornadas de trabajo de 12 horas, salarios muy bajos y uso de productos químicos peligrosos para los trabajadores y los propios consumidores. La industria textil con la emisión del 10% de C02 es ya la segunda más contaminante después de la dedicada a producir petróleo.

La ONG Intermón Oxfam promueve la marca de ropa Veraluna gracias a la cual mujeres en el estado indio de Bombay elaboran camisetas, sudaderas, pijamas, vestidos y otros artículos.

La producción se traslada en barcos -evitando el transporte más rápido y contaminante de los aviones- hasta Valencia, para luego distribuirse en diferentes países de Europa, donde el consumo de productos de Comercio Justo crece sostenidamente todos los años.

Otras posibilidades interesantes de compras ligadas a las actividades cotidianas son productos de aseo e higiene personal como champús naturales, cremas faciales y de manos y jabones ecológicos, entre otros.