Construir esperanza para los jóvenes trabajadores, una tarea urgente

Dos jóvenes comparten en una nueva Trobada HOAC en Castellón sus experiencias de precariedad laboral. El encuentro subrayó la necesidad de actuar solidariamente, inspirados por la Doctrina Social de la Iglesia, para acompañar y apoyar a la juventud trabajadora
El pasado martes 20 de mayo, tuvo lugar en los salones de la parroquia de san José Obrero de Castellón una nueva Trobada HOAC con el lema “Jóvenes y precariedad laboral”. Un interesante encuentro en el que dos jóvenes, Eugenia y Gabriel, compartieron su experiencia de vida laboral. Dos realidades distintas, pero con muchos puntos en común.
Eugenia, de nacionalidad española, vive con sus padres y después de realizar estudios de Fotografía y Técnica en iluminación de espectáculos, ha trabajado de forma esporádica, en empleos precarios, con contratos de muy corta duración, salario bajo y muchas horas de trabajo. Eugenia cuenta que cuando va a solicitar empleo “lo primero que me piden es experiencia laboral, y yo pienso… pero si no me das la oportunidad nunca voy a tener experiencia laboral”.
Gabriel, de nacionalidad venezolana, debido a la situación en su país ha tenido que emigrar y vive en un piso compartido. Ha realizado trabajos puntuales de paquetería, mensajería y hostelería, sin contrato y en condiciones precarias. Ahora, aunque ya cuenta con permiso para trabajar legalmente, sigue teniendo dificultad para encontrar empleo.
Ambos tienen muy complicado construir un proyecto de vida estable, independiente, y plantearse la formación de una familia.
A continuación, Anna Arayo, militante de la HOAC, compartió unas pinceladas sobre la aportación de la Doctrina Social de la Iglesia respecto al trabajo como dimensión irrenunciable de la vida social, expresión de la dignidad humana y, para los jóvenes, estímulo para crecer en responsabilidad y creatividad.
Finalmente, en grupo, tuvimos oportunidad de dialogar sobre la realidad del trabajo y los jóvenes. Hemos constatado que todos conocemos jóvenes cercanos que viven situaciones similares a las que nos han compartido, con trabajos precarios, sin empleo, desesperanzados, sin ver un futuro claro, resignados a trabajar en “lo que salga” y sin mirar las condiciones laborales, aceptando como normal lo que debería ser excepcional.
Ante la pregunta sobre qué podemos hacer para cambiar y mejorar esta situación surgieron varias pistas: no ser “cómplices”, no comprar ni consumir en aquellos lugares donde sabemos que se cometen injusticias, denunciar estas situaciones, apoyar a los jóvenes que trabajan con nosotros, animarles a que se organicen, apoyarles en sus demandas y unirnos a ellos, porque “unidos en comunidad es la única manera de producir cambios”.
“Los jóvenes no pueden perder la esperanza” y depende de todos y todas que así sea.

Militante de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Segorbe-Castellón