Círculo de Silencio en Jaén: “Reaprender a ser comunidad, cuidar la vida, tejer red”

Círculo de Silencio en Jaén: “Reaprender a ser comunidad, cuidar la vida, tejer red”
FOTO | Vía Fernando Mármol Hueso
La Iglesia en Jaén denuncia la precariedad y exigen justicia para las personas trabajadoras migrantes

En una sociedad “marcada por la fragmentación, la precariedad y el olvido de los últimos”, la Delegación de Migraciones con el acompañamiento de la HOAC de la diócesis de Jaén, convocaron el Círculo de Silencio de mayo, en el que reafirmaron su compromiso con los derechos de las personas trabajadoras y migrantes. El acto, cargado de sentido y simbolismo, se convirtió en un espacio de escucha, denuncia y esperanza.

“Reunidos para mirar el mundo desde el corazón herido de quienes lo sostienen con su trabajo, su migración, su resistencia callada”, afirma el comunicado remitido por la organización de trabajadoras y trabajadores cristianos. El círculo escuchó el testimonio de Jannet, trabajadora del hogar migrante de origen peruano, y alzó su voz en recuerdo de los trabajadores fallecidos “en el tajo sin protección”, como el joven de Jaén cuyo empresario ha sido detenido recientemente por incumplir gravemente las normas de seguridad laboral.

Una denuncia pública de las injusticias silenciadas

Durante el encuentro, también se recordó la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) por la “Regularización Ya”, cuyo debate y aprobación sigue paralizado, un año después de haber sido avalada por más de 600.000 firmas en el Congreso, así como los casos de migrantes desaparecidos y explotados laboralmente, cuyas muertes siguen sin respuesta. “Por la injusticia encarnada en los dos cuerpos de migrantes desaparecidos y olvidados cuyo ‘mal patrón’ ha sido recientemente también detenido”, añade el texto.

A través de un lenguaje cargado de espiritualidad y compromiso, la Iglesia diocesana representada en este Círculo de Silencio subraya que no es solo una protesta: es también una manera de mirar, de juzgar y de actuar. “Sin cuidar el trabajo, la vida se rompe. Sin comunidad no hay dignidad, y sin dignidad no hay paz”.

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Un compromiso colectivo: del silencio a la acción

El acto concluyó con la firma colectiva de un decálogo de compromiso que no busca ser consigna, sino camino: “Cuidar la vida, tejer red, elegir el bien común, orar con esperanza”.

Una llamada a “reaprender a ser comunidad”, a superar la lógica individualista y mostrar que “frente al ‘yo puedo solo’, es urgente mostrar que es mejor ‘con alguien, con más personas’”. “Así comienza la transformación: desde lo pequeño, desde lo cercano, desde lo colectivo”, concluyen.