Trabajadores cristianos de Jaén respaldan a los educadores de reforma y protección de menores

La violenta muerte de una trabajadora ha vuelto a poner en evidencia la precariedad y los riesgos que enfrenta el sector
“No queremos más discursos vacíos. Es urgente garantizar la seguridad y la dignidad de quienes cuidan a los más vulnerables”, ha manifestado la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Jaén, tras la muerte de Belén, una educadora social que perdió la vida violentamente durante su jornada laboral en un piso de convivencia de menores en Badajoz.
Militantes de esta organización eclesial han acompañado la concentración convocada este viernes por los educadores de Reforma y Protección de Menores en Jaén para expresar su más sentido pésame a la familia, compañeros y a los niños y adolescentes que recibieron su dedicación y esfuerzo.
El suceso ha vuelto a poner en evidencia la precariedad y los riesgos que enfrenta las personas trabajadoras de este sector, “sistemáticamente desatendido por las administraciones públicas, las cuales permiten y toleran la limitación de costes al mínimo en servicios destinados a este ámbito derivando así en situaciones de soledad y desprotección que entrañan peligro y falta de profesionales en los recursos”, denuncia en una nota este movimiento especializado de Acción Católica.
En este contexto, reafirma su compromiso con la dignidad del trabajo en el marco de su campaña “Cuidar el trabajo, cuidar la vida“, y denuncia la desprotección de quienes trabajan en ámbitos esenciales como la inclusión socioeducativa de la infancia y la adolescencia más vulnerable.
Cuidar a quienes trabajan
Este movimiento de la Iglesia diocesana subraya que el trabajo no puede ser un obstáculo para la vida, sino un medio para realizarla plenamente. “No podemos normalizar la siniestralidad laboral en sectores donde la vocación de servicio y el cuidado a los demás son el eje de la tarea cotidiana”, afirma la organización, que reclama medidas urgentes para garantizar la seguridad y salud laboral de los educadores.
Entre las principales reivindicaciones que consideran inaplazables están la revisión de la legislación y los protocolos en materia de protección de menores y reforma juvenil; la mejora de las condiciones laborales, con especial atención a la reducción de la precarización y la sobrecarga de trabajo; y el reconocimiento del sector como actividad de alto riesgo y la garantía de un convenio colectivo justo.
Poner la vida en el centro
El movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos insiste en la necesidad de una cultura del cuidado que “ponga la vida en el centro y no la rentabilidad económica”, evitando el abandono de sectores esenciales como el de la protección de menores. “Somos para cuidar, sobre todo la fragilidad”, recuerda esta organización eclesial, llamando a un cambio estructural que garantice recursos y dignidad para los profesionales de este ámbito.
“No queremos más discursos vacíos ni enfoques securitarios que criminalicen a la infancia y adolescencia. Necesitamos más recursos e inversión en algo tan fundamental como es la protección de los más vulnerables”, denuncia el movimiento de la Iglesia diocesana, que advierte sobre la falta de medios en estos servicios esenciales.
“Hoy todos somos Belén”
Desde la HOAC concluyen con un mensaje de apoyo y solidaridad hacia los profesionales del sector, reafirmando que el trabajo debe ser un principio de vida, “no una mercancía ni un obstáculo para la realización plena del ser humano”.
“Por los niños, niñas y adolescentes, por los profesionales que los acompañan y en memoria de Belén, decimos: cuidemos el trabajo, cuidemos la vida”, concluyen.

Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)