Luis Argüello aboga por una “alianza social para la esperanza” ante la crisis demográfica y migratoria

Luis Argüello aboga por una “alianza social para la esperanza” ante la crisis demográfica y migratoria
El arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Mons. Luis Argüello, ha propuesto “una alianza social para la esperanza” para promover la cultura de la vida y defender los derechos de las personas migrantes, en el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria de los obispos que ha comenzado hoy y concluirá el 4 de abril

Durante su intervención, Argüello abordó con preocupación la crisis demográfica que afecta a España y otros países europeos, señalándola como un síntoma de desesperanza social. “La pérdida del deseo de transmitir la vida es una señal de falta de esperanza”, afirmó el arzobispo, citando al papa Francisco, quien en la convocatoria del Año Santo 2025 alertó sobre el impacto negativo de los “ritmos frenéticos de la vida, de los temores ante el futuro y de la falta de garantías laborales”.

El presidente de la Conferencia Episcopal advirtió que la disminución de la natalidad no puede considerarse solo un problema económico o político, sino que refleja una crisis cultural y espiritual más profunda: “Los modelos sociales centrados en el beneficio económico en lugar de en el cuidado de las relaciones están llevando a una radical falta de esperanza”.

Para enfrentar este desafío, Argüello propone la creación de un foro en el que participen padres, educadores, empresarios, políticos, medios de comunicación y artistas, con el objetivo de promover una “cultura de la vida” que movilice las conciencias y recupere el valor de la familia. “Queremos impulsar esta alianza social para la esperanza”, subrayó, recordando el llamamiento hecho hace treinta años por san Juan Pablo II en Evangelium vitae.

Justicia para las personas migrantes

Otro tema social relevante en su discurso ha sido la situación migratoria en España, especialmente tras la paralización de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que buscaba regularizar a miles de migrantes. La propuesta, impulsada por organizaciones sociales y eclesiales, había logrado recoger 611.821 firmas y ser aprobada inicialmente en el Congreso, pero fue detenida con el argumento de la aprobación de la reforma del Reglamento de la Ley de Extranjería.

Argüello criticó que esta modificación dejara en un “limbo jurídico y existencial” a miles de personas migrantes, especialmente aquellas que no pueden demostrar los dos años de permanencia exigidos o que carecen de documentación oficial. También afecta a quienes, pese a poder trabajar, no pueden regularizar su situación al no disponer de un contrato laboral, así como a familias con menores en situación administrativa irregular.

El presidente de la CEE instó a los dos grupos políticos mayoritarios en el Congreso a reunirse para abordar el problema y reactivar la tramitación de la ILP. Según Argüello, se trata de un “ejercicio de regeneración democrática”, en el que se debe respetar la iniciativa ciudadana y la decisión ya tomada en las Cortes. Además, subrayó que es una cuestión de dignidad humana: “¿Qué hacer con estos miles de personas, especialmente niños, enfermos y trabajadores? ¿Expulsarlos a todos o abordar la manera de regularizar su situación?”.

En este sentido, Argüello hizo un llamamiento a superar las polarizaciones estériles y abordar los problemas comunes desde las legítimas diferencias políticas, pero con voluntad de encuentro. “Queremos promover una alianza social que lleve la esperanza a quienes están excluidos de la regularización y viven en una tierra de nadie que no propicia nada bueno”, ha dicho, mostrando la disposición de la Iglesia “a ofrecer un cauce que facilite el encuentro y el diálogo”.