Carmen Lorence, afectada por cortes de luz: «Imagina lo que es hacer las cosas a oscuras cuando apagas la luz»

Carmen es una de las miles de afectadas por los cortes de luz en el Polígono Sur de Sevilla, que, en su caso, en el barrio de Las Letanías, vienen desde hace, al menos, cinco años.
Lleva tiempo luchando, junto a la Asociación «Nosotros también somos Sevilla», reuniéndose con las Administraciones y yéndose de vacaciones con la «libreta de las incidencias» encima. Pero los apagones, de hasta más de 24 horas, siguen produciéndose.
Como ya explicó Noticias Obreras en el mes de enero, «de mayo a octubre del año pasado, se registraron 1.964 apagones eléctricos, lo que demuestra el abandono al que está sometida su población». Unas 50.000 personas viven en esta zona obrera de la capital andaluza que se encuentra sometida, desde 2019 a cortes de luz a los que ni las empresas implicadas ni las instituciones son capaces de solucionar.
¿Cuál es vuestra situación en la actualidad, Carmen?
Pues llevamos muchos años y estos cortes de luz nos afectan a todos. Hay veces que la luz se va durante más de 24 horas, pero, además, vuelve durante unas horas y se vuelve a ir. Hay personas que dependen de la luz para comer, para respirar, para medir las pulsaciones; tienen niños o niñas pequeñas o personas con discapacidad que sienten miedo cuando se va la luz. El verano es un infierno y el invierno, lo mismo.
¿Cómo os afecta a la vida diaria?
Pues imagina. No podemos tener muchos alimentos en la nevera o congelados, porque, en cualquier momento, nos quedamos sin luz y se estropea. Tenemos que comprar casi al día, porque todo se echa a perder. A mí se me ha roto el frigorífico por los apagones, pero, finalmente, el seguro no se ha hecho cargo y he tenido que comprarlo yo misma. Tengo una vecina que un día necesitaba calentar el biberón de su hijo y andaba buscando quién tenía luz para pedirle el favor. Hay gente que no puede salir de casa, personas mayores que apenas pueden moverse. Yo he tenido que quitar la vitrocerámica y volver a ponerme gas, porque ¡estaba harta de comer bocadillos! Mi nieta se cayó un día por culpa de la oscuridad y después de eso, estuvo mucho tiempo sin querer venir a mi casa porque le daba miedo. Hay fines de semana que me voy a casa de mi hija, pero yo quiero estar en mi casa, ¡con luz! Imagina lo que es hacer las cosas a oscuras cuando pagas la luz.
¿Cuál es la razón de estos cortes de luz tan continuados?
Ellos saben cuál es el problema y podrían solucionarlo. Cuando llamas para quejarte, te dicen que denuncies tú. Pero ¿cómo voy a denunciar yo? Ellos son los que saben quiénes están «enganchados», quién no paga. Pero a quienes pagamos no nos hacen ni una rebaja y el recibo, cuando tiene que llegar, llega. Tenemos un chat en el que, todos los días, hay cortes de luz en alguno de los barrios. Y es raro, porque los cortes se van alternando. Cuando hay varios días con luz en mi barrio, hay cortes en otro. Y así. A nosotros nos parece bastante extraño.
Nos dicen palabras
muy bonitas, pero ninguna
solución. Al menos, a las personas
enfermas deberían darles una
alternativa
¿Cómo os responden cuando os quejáis?
Nos tratan con muy poca humanidad. Suelen ser personas de fuera que no viven esta situación y que, a veces, nos tratan mal. Una vez, les expliqué que tengo fibromialgia y que necesito poder usar el calentador eléctrico para echarme por encima agua caliente. Me dijeron: «Pues vaya al hospital, señora». Pero yo no necesito ir al hospital, yo necesito poder usar el agua caliente en mi casa.
¿Os habéis movilizado contra esta situación?
Sí, nos hemos reunido con todo el mundo: con el alcalde, el arzobispo, con todas las instituciones, con la Junta de Andalucía. Esto ha ido incluso a la Unión Europea. Es insufrible, un sin vivir. Es muy difícil estar sin luz. Por las noches, si estás enferma, es muy complicado ir al baño alumbrándote con linternas. Nos tenemos que ir de vacaciones con la «libreta de las incidencias», y cuando un vecino o vecina te dice que se ha ido la luz, poner una reclamación, aunque no estés en casa, porque imaginas que, cuantas más reciban, antes intentan arreglarlo.
¿Os han dado alguna solución?
Nos dicen palabras muy bonitas, pero ninguna solución. Al menos, a las personas enfermas deberían darles una alternativa, como transformadores o algo. Tenemos vecinos con cáncer, con discapacidades. Un vecino que padece del corazón se tuvo que ir al hospital en los peores días de calor. Es una situación muy mala y que dura demasiado tiempo. Ellos dicen que están haciendo todo lo posible, pero yo no lo veo. Todas las Administraciones deberían ponerse de acuerdo, cada una haciendo su trabajo. Pero si lo estuvieran haciendo, como dicen, lo arreglarían. •
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Periodista.
Responsable de Comunicación de Cáritas Valencia.
Militante de la HOAC