Mariann Bubbe: cuando la religión es una apuesta liberadora
Ha sido una sorpresa enorme e ilusionante escuchar a la obispa episcopaliana de Washington expresar ante Donald Trump, justo en la celebración inaugural de su presidencia, esas palabras de apoyo y reconocimiento a todas las personas que sufren los daños de su política despiadada.
Por una vez, la Iglesia sale a hacer frente a la barbarie con modestia, pero con una firmeza inusitada, que merece el aplauso entusiasta de la ciudadanía mundial democrática. Aún es más gozoso que haya sido una mujer dirigente eclesiástica, lo que muestra una renovación consistente de las estructuras tradicionales, no para suscitar confusionismo, sino apertura saludable y adecuación a la modernidad más positiva.
Esto supuso un contrapunto muy significativo e incisivo a esa eclosión de sumisión y de estímulo a las peores gestas del renovado presidente con el voto inconsciente y temerario de la mayoría social norteamericana.
La reacción de Trump empezó siendo puramente despectiva, al señalar el escaso interés de la ceremonia, pero al percibir el consenso mundial con el mensaje de la presbítera, toda la maquinaria presidencial ha iniciado una persecución inmisericorde contra ella, hasta el punto de que está recibiendo amenazas de los esbirros del poder para amedrentarla, queriendo imponerle que pida perdón por su predicación. Sin embargo Mariann Budde no lo ha hecho y eso implica que mantiene su posición de rechazo a la inhumanidad del Presidente. Más aún, está provocando una corriente solidaria mundial totalmente sensible a su causa y que vigilará sin cesar su integridad y su libertad de expresión.
No es baladí que los cristianos americanos del Norte y del Sur, levanten su protesta ante todos los poderes fácticos del continente, pues afortunadamente han surgido corrientes teológicas muy incisivas entre ellos, que abren un nuevo capítulo en el papel de las iglesias frente a las profundas injusticias existentes. Concretamente, especialmente en el ámbito católico, la teología de la liberación ha supuesto un nuevo paradigma para el cristianismo de hoy, interpretando una lectura crítica de la realidad social y ofreciendo un modelo eclesial diferente, con las comunidades cristianas de base como un espacio de participación igualitaria entre hombres y mujeres y entre clérigos y seglares para formar un nexo común que implica una transformación radical de las estructuras eclesiales.
Sin duda la obispa valerosa ha bebido también de esas fuentes liberadoras de un cristianismo comprometido con la causa de los pobres y de los perseguidos, que la política actual pretende aplastar y crucificar en vida.
Tristemente la gesta de Budde ha coincidido con una pérdida muy dura para esa teología de la liberación, pues pocas semanas antes conocimos el fallecimiento de Gustavo Gutiérrez, considerado por todos como fundador de la teología de la liberación desde su trabajo pastoral e intelectual en Perú, su patria, donde llevó a cabo una obra transcendental para la conformación de esa nueva teología, que ha revolucionado a toda la Iglesia y ha renovado singularmente el catolicismo en América Latina.
El cristianismo de base en España rindió el pasado 25 de enero un sentido homenaje a Gustavo Gutiérrez, celebrado en el centro pastoral San Carlos Borromeo de Entrevías en Madrid, uno de los espacios más activos de esa teología en nuestro país. En esa cita, las palabras de Mariann Budde estuvieron muy presentes y suscitaron una solidaridad máxima como expresión de una religión liberadora contra el capitalismo y su barbarie.
Abogado asturiano y presidente de la asociación PUEDO de la ONCE. Miembro de la Coordinadora Estatal de Redes Cristianas