El mensaje de Francisco para la Cuaresma invita a caminar juntos en esperanza y justicia
El Vaticano ha hecho público el mensaje de Cuaresma del papa Francisco en el que invita a vivir en “la confianza en Dios y en su gran promesa, la vida eterna”, para caminar juntos hacia un horizonte de justicia, fraternidad y cuidado de la casa común
Con la intención de preparar los corazones y permanecer abiertos a la gracia de Dios, para “poder celebrar con gran alegría el triunfo pascual de Cristo, el Señor, sobre el pecado y la muerte”, Francisco ha dejado unas reflexiones en este año Año jubilar, sobre lo que “significa caminar juntos en la esperanza y descubrir las llamadas a la conversión que la misericordia de Dios nos dirige a todos, de manera personal y comunitaria”.
El lema del jubileo, “Peregrinos de esperanza”, que evoca el Éxodo del pueblo de Israel hacia la tierra prometida, lleva al Papa a recordar a tantos hermanos y hermanas que han emprendido su proyecto migratorio. Dado que “todos somos peregrinos en la vida”, Francisco propone como “un buen ejercicio cuaresmal” dejarse interpelar por alguna persona migrante para descubrir “lo que Dios nos pide”.
Su segundo llamamiento es a la conversión a la sinodalidad, “a hacer camino juntos, nunca como viajeros solitarios”, por lo que se pregunta si somos “capaces de caminar con los demás, de escuchar, de vencer la tentación de encerrarnos en nuestra autorreferencialidad, ocupándonos solamente de nuestras necesidades”.
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Como “artesanos de unidad, partiendo de la dignidad común de hijos de Dios”, el santo padre invita a “caminar codo a codo, sin pisotear o dominar al otro, sin albergar envidia o hipocresía, sin dejar que nadie se quede atrás o se sienta excluido”. Un llamamiento que extiende a las familias, los lugares donde trabajamos, las comunidades parroquiales o religiosas.
En tercer lugar, propone vivir “la esperanza que no defrauda”, mensaje central del Jubileo, como “horizonte del camino cuaresmal hacia la victoria pascual”. Más íntimamente relacionado con el tiempo litúrgico, el Papa recuerda que “Jesús, nuestro amor y nuestra esperanza, ha resucitado, y vive y reina glorioso”, por lo que “la muerte ha sido transformada en victoria y en esto radica la fe y la esperanza de los cristianos, en la resurrección de Cristo”.
Con “la confianza en Dios y en su gran promesa, la vida eterna”, Francisco llama a los y las fieles a preguntarse por su convicción en el perdón de Dios, en la salvación junto a los demás y a vivir la esperanza que ayuda a leer los acontecimientos de la historia e impulsa al compromiso por la justicia, la fraternidad y el cuidado de la casa común, actuando de manera que nadie quede atrás.
Francisco, que lleva once días internado en el hospital por una neumonía bilateral, recuerda que “gracias al amor de Dios en Jesucristo estamos protegidos por la esperanza que no defrauda”. Por eso la Iglesia suplica que “todos se salven” y llama a toda la humanidad a “esperar estar un día en la gloria del cielo unida a Cristo, su esposo”, siguiendo el ejemplo de santa Teresa de Jesús.
Redactor jefe de Noticias Obreras
