Trabajadores cristianos de Sevilla claman contra la indiferencia por las muertes en el trabajo

Trabajadores cristianos de Sevilla claman contra la indiferencia por las muertes en el trabajo
Trabajadores cristianos de Sevilla se han vuelto a concentrar en recuerdo de las personas fallecidas recientemente en la provincia en su puesto de trabajo, haciendo un llamamiento a romper la indiferencia ante la gravedad de la siniestralidad laboral

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Sevilla organizó una concentración contra la siniestralidad laboral en la Plaza Virgen de los Reyes de Sevilla, “en señal de denuncia y oración por los trabajadores y trabajadoras de Sevilla que han perdido la vida en su puesto de trabajo durante el mes de diciembre del año pasado”.

La organización del trabajo, adoptando las medidas preventivas oportunas y eficaces, resulta imprescindible para evitar más muertes y enfermedades, para lo cual resulta imprescindible visibilizar las terribles consecuencias de mercantilizar el trabajo.

Como el papa Francisco ha recalcado, “la seguridad en el trabajo es como el aire que respiramos: sólo nos damos cuenta de su importancia cuando falta trágicamente, ¡y siempre es demasiado tarde!”.

El propio pontífice ha denunciado que Las tragedias y los dramas en el lugar de trabajo no cesan, a pesar de la tecnología de la que disponemos para crear lugares seguros” y ha explicado que “esto sucede cuando el trabajo se deshumaniza y, en lugar de ser el medio por el cual el ser humano se realiza poniéndose al servicio de la comunidad, se convierte en una carrera desesperada por obtener beneficios”.

En la concentración, además, se enfatizó que “el cuidado de la vida humana pasa por erradicar esta tragedia, por identificar sus causas profundas y empeñarse en eliminarlas desde todos los ángulos posibles”. Después de todo, y no es una frase hecha, “nos va la vida en ello”.

El pasado 4 de diciembre, Youseff de 48 años de, con mujer y una hija, falleció al ser atrapado por las aspas del arado que manejaba cuando trabajaba en unos terrenos agrícolas cerca de la ITV de Alcalá de Guadaira.

Una mujer de 63 años, funcionaria de la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía, murió en un accidente cardiovascular en su centro de trabajo, el 23 de diciembre.

A estas dos muertes, se suma la de Mamouth Bakhoum, de 43 años, vendedor de camisetas en la calle, ahogado en el río Guadalquivir.

La HOAC de Sevilla recuerda que 20 personas han perdido la vida mientras trabajaban, casi dos personas al mes. En toda Andalucía, han sido 115 personas trabajadoras las fallecidas en accidente laboral, 17 personas más con respecto al año 2023, según fuentes sindicales.

“No son números, son personas”

La organización de trabajadores cristianos recuerda que muchas más pierden su vida en su puesto de trabajo sin que oficialmente sean consideradas víctimas de accidente laboral. “La vida con mayúsculas se juega hoy día, también, en los puestos de trabajo de nuestras empresas”, han advertido y con el Papa Francisco, recuerda que “no son números, son personas”.

Aunque los números nos ayudan a apreciar la magnitud del problema al que nos enfrentamos, no se puede olvidar que se trata de “personas, de seres únicos”, cuya pérdida provoca “dolor y la soledad” en su familiares y allegados, por lo que el movimiento de Acción Católica especializado en el mundo del trabajo llama a “tener muy presente la tragedia personal y familiar que hay detrás de cada accidente”.

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Además, han matizado a pesar de no concitar la misma preocupación que la pérdida de vidas, la siniestralidad laboral también deja secuelas físicas y psíquicas que acompañarán ya toda su vida a quienes las sufren, sin olvidar que genera que haya “familias que se rompen tras la pérdida de uno de sus miembros, o el golpe repentino de una discapacidad, una incapacidad laboral de mayor o menor grado…”

La dimensión de esta lacra solo puede entenderse reconociendo, en las víctimas, “el sufrimiento de un mal sobrevenido en sus vidas por el simple hecho de salir a la calle cada mañana a ganarse la vida”.

Cuidar de las personas trabajadoras

Francisco entiende que “las tragedias comienzan cuando el objetivo ya no es el hombre o la mujer, sino la productividad, y el hombre se convierte en una máquina de producción”. De ahí su llamamiento a cuidar del trabajo, lo que lleva a poner en el centro de esta relación de cuidado a los trabajadores.

Por eso, en su mensaje en la Cumbre Mundial del Trabajo de la OIT (2021), expresó que “si el trabajo es una relación, entonces tiene que incorporar la dimensión del cuidado, porque ninguna relación puede sobrevivir sin cuidado”.

Es más, añadió “un trabajo que no cuida, que destruye la creación, que pone en peligro la supervivencia de las generaciones futuras, no es respetuoso con la dignidad de los trabajadores y no puede considerarse decente”.

La Iglesia de Sevilla, inspirada en el magisterio social de la Iglesia, como se anunció durante la concentración quiere solidarizarse con las familias, compañeros de trabajo y amigos de las víctimas mortales por accidentes de trabajo del año 2024; denunciar la lacra de la siniestralidad, situación gravísima que, sin embargo, permanece oculta a los ojos de nuestra sociedad; y anunciar que la persona, como bien expresa la Doctrina Social de la Iglesia, es sujeto, fin y centro de la vida laboral, nunca medio o instrumento para el lucro.

Con el papa Francisco, reiteran que “la responsabilidad hacia los trabajadores es primordial”, por lo que “no podemos acostumbrarnos a los accidentes laborales, ni resignarnos a la indiferencia hacia los accidentes. No podemos aceptar la desechabilidad de la vida humana”.

Llevar la fraternidad a los centros de trabajo

Ante este drama continuo, como comunidad de seguidores de Jesucristo, el Papa ha destacado que “no debemos cansarnos de aprender y reaprender el arte de cuidar, en nombre de la humanidad común. La seguridad no solo se garantiza mediante una buena legislación que debe ser a aplicada, sino también mediante la capacidad de vivir como hermanos y hermanas en los lugares de trabajo”.

Por eso desde la HOAC sevillana han vuelto a proclamar que “no podemos acostumbrarnos a los accidentes laborales ni resignarnos a la indiferencia ante ellos. Porque el trabajo es para la vida. No más muertes en el trabajo”.

El acto público terminó con un agradecimiento por la por la asistencia, la participación y la oración por esta realidad sufriente del mundo del trabajo, reiterando un llamamiento a las personas asistentes: “ante los accidentes de trabajo no seáis indiferentes ni os acostumbréis a ellos. Haced lo que esté en vuestras manos para no consentirlo. Todo es válido menos la indiferencia”.