Termina la asamblea, continúa la sinodalidad

Termina la asamblea, continúa la sinodalidad
Foto | Archidiócesis de Barcelona
Con los días finales del mes de octubre, concretamente el día 27, se ha concluido la segunda asamblea sinodal. Con una eucaristía celebrada en la Basílica de San Pedro y presidida por el papa Francisco, se dio por clausurada dicha asamblea.

Seguimos en proceso

La homilía que nos regaló puede considerarse una página programática para continuar con el proceso sinodal en la Iglesia. Comentando el evangelio del día, centrado en la figura del ciego Bartimeo, el Papa nos interpelaba: «…Frente a las preguntas de los hombres y mujeres de hoy, a los retos de nuestro tiempo, a las urgencias de la evangelización y a tantas heridas que afligen a la humanidad, hermanas y hermanos, no podemos quedarnos sentados…».

La sinodalidad, como proceso, no ha terminado; casi me atrevería a decir que ahora comienza y nadie quedamos fuera –si lo deseamos– de este río de resurgir eclesial. Cada persona en su lugar y desde donde esté situado, puede ser miembro activo en la Iglesia. Somos invitados a ahondar en lo que supone y nos exige, ser participantes, hacer comunión para sentirnos invitados a la misión. Y el envío es a nuestro mundo, el actual, el que tenemos ahora, no el que ya pasó.

Será importante revisar nuestras miradas al mundo, a veces son condenatorias, negativas, no vemos los brotes verdes que surgen. Podemos preguntarnos: ¿qué veo cuándo miro este mundo actual? ¿Creo que Dios está presente, que ha puesto su tienda entre nosotros?

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