Sindicatos e Iglesia convergen en la lucha por la dignidad de las personas con discapacidad

Sindicatos e Iglesia convergen en la lucha por la dignidad de las personas con discapacidad
FOTO | El alfabeto en lenguaje de signos pintado en la pared de una escuela de Uganda. Vía UNICEF
El mundo del trabajo y la Iglesia convergen en una síntesis clara en el Día Internacional de las Personas con Discapacidad que se celebra hoy: su inclusión requiere un cambio de paradigma. La eliminación de barreras físicas, sociales y laborales debe ir acompañada de un reconocimiento pleno de la dignidad de todas las personas que permita avanzar hacia una sociedad más inclusiva y justa

Según cálculos de la ONU, en el mundo hay 1300 millones de personas —es decir, 1 de cada 6 personas— que sufren una discapacidad importante.

En España, según la última encuesta del Instituto Nacional de Estadística (INE), un total de 4.380.000 personas tenía alguna discapacidad en 2020, una cifra que supone un aumento de 530.000 respecto al 2008.

De ellos, 2,57 millones son mujeres y 1,81 hombres y, por edad, el 75,4% tiene más de 55 años, un grupo de edad en el que tres de cada cinco personas con discapacidad es mujer.

Garantizar la inclusión en el mundo del trabajo

En el marco de esta celebración –que suele aprovecharse para poner el foco, visibilizar, sensibilizar y reclamar medidas políticas concretas para atender la realidad de este colectivo– los sindicatos subrayan las desigualdades persistentes que afectan a este colectivo en el mundo del trabajo.

CCOO pone el foco en las alarmantes cifras de empleo en el que las personas con discapacidad presentan una tasa de actividad del 35,3%, muy por debajo del 78% de las personas sin discapacidad. También denuncia que el colectivo sufre tasas más altas de pobreza y exclusión social, “siendo el 31% del colectivo afectado según la tasa AROPE. La privación material y social severa duplica las cifras de las personas sin discapacidad”.

Este sindicato denuncia que las excepciones a las cuotas de reserva en las empresas han derivado en un incumplimiento generalizado. Entre sus propuestas destacan el refuerzo de estas cuotas, la mejora de los incentivos para la integración laboral y la adaptación de los puestos de trabajo para quienes desarrollen discapacidades adquiridas durante su vida profesional. Es necesario diseñar políticas públicas que no solo promuevan la inserción, sino que también protejan a quienes enfrentan mayores barreras”, apuntan en su manifiesto.

Por su parte, UGT subraya que la accesibilidad universal es la clave para avanzar en la igualdad real y efectiva. “Las barreras arquitectónicas, tecnológicas y sociales son obstáculos diarios que no deberían existir”, afirman.

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Además, el sindicato enfatiza la importancia de flexibilizar las condiciones laborales para que los entornos laborales sean inclusivos y adaptables. “Sin accesibilidad no hay igualdad, y sin igualdad no hay justicia”, destacan desde el sindicato.

Vida, dignidad y esperanza

La dimensión espiritual y comunitaria de esta conmemoración ha sido destacada por la Conferencia Episcopal Española y FRATER, movimiento de acción católica especializado en el ámbito de la discapacidad, poniendo el acento en el valor intrínseco de la vida y la esperanza como motores para superar las dificultades.

La Conferencia Episcopal Española (CEE), en su mensaje Todos juntos regalamos esperanza, invita a reflexionar desde la fe sobre la discapacidad como una realidad universal. “Todos tenemos limitaciones; aceptarlas y afrontarlas con esperanza es una manifestación de fe”, señalan los obispos de la Comisión para la Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la CEE.

Además, el texto subraya el testimonio esperanzador de las personas con discapacidad, quienes, desde su lucha diaria, inspiran a la sociedad. “La fe no elimina los problemas, pero ofrece luz para darles sentido”.

Por su parte, FRATER publica un comunicado titulado Capacitados para vivir, “surgido de la propia reflexión comunitaria de nuestro colectivo”, que refleja su compromiso con la vida y la dignidad inherentes a todo ser humano.

“La vida, individual y personal en cada ser humano, se puede vivir de tantas formas y maneras como personas habitan en el mundo”, destacando que la discapacidad no limita el valor de la vida, sino que la enriquece con diversidad y fortalece la resiliencia. “¡Estamos capacitados para vivir, muy capacitados¡”, exclaman.

Este movimiento especializado de la Acción Católica Española, aboga por un modelo inclusivo y reclaman “derechos que dignifiquen la vida de nuestro colectivo, de cualquier persona en situación de pobreza, de opresión, de marginalidad”. Su mensaje subraya también la responsabilidad de las personas con discapacidad de contribuir como ciudadanos plenos a la construcción de una sociedad más justa y fraterna. “Una fraternidad que solo Jesús posibilita, desde nuestra fe, desde nuestra libertad”, concluyen.