Las comunidades cristianas, llamadas a “primerear” en la necesaria transición ecosocial justa y sostenible
En el contexto de la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos, hoy 10 de diciembre, la Reflexión de Adviento Es digno del ser humano cuidar la casa común, elaborada por el Departamento de Ecología Integral de la Conferencia Episcopal Española, reflexiona y articula propuestas para cuidar la dignidad humana a través del respeto a los derechos fundamentales y el cuidado de la creación
La reflexión del departamento que dirige Eduardo Agosta está orientada a ser una guía para la preparación del Adviento, aunque también como una hoja de ruta para que las comunidades cristianas se conviertan en agentes activos de la conversión ecosocial y primereen –tomando la iniciativa, como le gusta decir al papa Francisco– ante los desafíos éticos, sociales y ambientales desde la fe y el compromiso
El texto subraya la dignidad inalienable de cada ser humano, un valor que trasciende cualquier contexto o situación, ya que “por su sola existencia, cada ser humano tiene una dignidad infinita que debe ser reconocida y protegida”, señala el texto, recordando que esta planteamiento está en la base de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La interconexión entre los derechos humanos y el cuidado ambiental es esencial en el documento. “El respeto de los derechos humanos requiere preservar las condiciones socioambientales que favorecen la vida y el desarrollo integral del ser humano”, según reza la reflexión. Esta visión, inspirada en la encíclica Laudato si’, refuerza la idea de que el daño ambiental lo es también a la justicia social.
El cambio climático es un desafío moral y social
El documento aborda las implicaciones del cambio climático, calificándolo como un problema global que afecta directamente la dignidad humana. Cita al papa Francisco, quien advirtió en Laudate Deum que “el impacto del cambio climático perjudicará, de modo creciente, las vidas y familias de muchas personas”. En este sentido, la reflexión subraya la urgencia de avanzar hacia una transición energética vinculante, en la que “es crucial eliminar los combustibles fósiles y fomentar estilos de vida menos dependientes de ellos”.
Una de las iniciativas destacadas es el compromiso de desinversión en compañías petroleras. El departamento dirigido por Agosta subraya que esta acción busca avanzar y financiar formas de energía más limpias y sostenibles. En este sentido, subraya que “las comunidades católicas pueden liderar este cambio, como ya lo han hecho más de cien instituciones en todo el mundo, al desinvertir sus recursos de las industrias fósiles” como sugiere la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, en Mensuram Bonam, medidas coherentes de fe para inversores católicos. Este gesto, según el texto, no solo responde a una exigencia ambiental, sino también a una coherencia con la fe y el cuidado de la creación.
Sin embargo, el documento advierte que sustituir combustibles fósiles por energías renovables no es suficiente para hacer justicia y explica que el extractivismo necesario para obtener minerales esenciales en las tecnologías renovables, está provocando “desplazamientos forzosos, contamina y viola derechos humanos”. “No podemos ignorar el dolor que sufren las comunidades vulnerables desplazadas por la minería intensiva. Nuestra conversión ecológica debe mirar de frente estas realidades”, alerta.
Durante la reciente III Caravana Latinoamericana por la Ecología Integral, celebrada en España, se escucharon testimonios de comunidades vulnerables afectadas por estas prácticas. La reflexión invita a que estas voces no queden en el olvido.
La conversión ecológica empieza en los pequeños gestos
La reflexión también invita a una revisión profunda de los estilos de vida de los fieles, apelando al mensaje de Laudato si’. “Es imperativo reducir nuestra huella energética y de consumo. La constante acumulación de bienes nos distrae de valorar cada cosa y cada momento”, señala la reflexión de Adviento.
La propuesta es clara y pasa por fomentar un consumo más consciente y responsable, menos dependiente del sobreconsumo y el descarte.
El documento propone adoptar el principio evangélico de que “menos es más” y buscar la alegría en lo simple. “Encontrar sentido en la sobriedad y vivir con equilibrio en el uso de los recursos son formas concretas de cuidar nuestra casa común”, afirma el Departamento de Ecología Integral. Ya existen maneras de vivir alternativas.
Una tarea urgente para las comunidades de fe
Finalmente, este departamento de la Conferencia Episcopal Española anima a toda la comunidad cristiana a participar activamente en estas iniciativas. Desde la formación en estilos de vida sostenibles hasta la promoción de la justicia climática, el texto invita a ser testigos de una esperanza activa, en el que “cada pequeño gesto de cuidado hacia la creación es un testimonio de nuestra fe en un mundo más justo y habitable”, concluye.
Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)