“Al quedarme embarazada perdí el trabajo y todo se complicó porque no podíamos pagar el alquiler de la habitación en la que vivíamos”

“Al quedarme embarazada perdí el trabajo y todo se complicó porque no podíamos pagar el alquiler de la habitación en la que vivíamos”
FOTO | vía Cáritas Española
Alejandra es de Colombia y tiene 31 años. Hace dos años decidió emigrar a España porque el aumento de la violencia en el país. Llegó sola y luego se fueron incorporando su pareja y sus dos hijos. El mayor tiene 15 años y el segundo 4. Ahora está esperando a su tercer hijo.

Hasta hace unos meses Alejandra y su familia compartían el alquiler con otras personas. Cada familia ocupaba una habitación de la casa. En total, había unas 10 o 12 personas, muchas de ellas durmiendo en colchones en el suelo.

Vivió allí hasta que se quedó embarazada y perdió su trabajo como empleada de hogar. Tanto Alejandra como su pareja se encuentran en situación administrativa irregular. Su pareja consigue trabajos esporádicos en la construcción.

Al perder el trabajo y no poder pagar el alquiler de la habitación, Alejandra y su familia fueron acogidas en una vivienda de Cáritas, donde llevan actualmente unos cinco meses. Además, reciben ayuda económica y los niños cuentan con apoyo escolar. Su situación irregular los ha llevado a ser víctimas de muchos abusos, como trabajar sin poder cobrar o percibir “dos duros” por jornadas interminables de trabajo.


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¿Cuál es tu situación?

Bueno, mi situación es que llegué hace aproximadamente dos años aquí a España y tengo dos hijos. Uno de 15 años, otro de cuatro años y el que viene en camino que ya es el tercero. Vivimos en un piso de acogida de Cáritas y gracias a Dios, pues Cáritas nos ha acogido superbién. Estamos ahorita en un piso de ellos que son los que han encargado de todo. Desde que mis hijos llegaron aquí nos están ayudando a sacarlos adelante.

¿Cómo ha sido todo el proceso que has vivido desde que llegaste a España?

Yo fui la primera en llegar de mi grupo familiar. Llegamos a un piso donde vivía mi hermana. Allí estábamos aproximadamente 12, 13 personas. Luego yo me quedé embarazada y perdí mi empleo. Por eso toqué las puertas de Cáritas porque ya no teníamos cómo pagar el alquiler, no teníamos cómo comprar comida, ni alimentos ni nada. Entonces ellos nos dieron la oportunidad de irnos a vivir a un piso en el que estamos ahorita, porque me quedé sin trabajo y mi esposo obviamente también estaba sin trabajo. En ese momento trabajaba por días no en algo fijo. Entonces Cáritas se hizo a cargo de nosotros prácticamente.

¿En qué trabajabas?

Trabajaba haciendo aseo [limpieza] en casas, pero cuando se dieron cuenta de que estaba embarazada no me podían tener porque como estábamos en situación irregular no teníamos contrato ni nada. No se podían arriesgar a que me pasara algo en el trabajo y que ellos tuvieran la culpa de algo. Entonces me dijeron que ya no más y ahí es cuando empezaron los problemas porque no podíamos pagar la habitación a mi cuñado, ya no podíamos comprar comida, no teníamos de dónde. Mi esposo sin trabajo, yo sin trabajo, los niños en la misma habitación, todos. Entonces todo se complicó.

¿Y cómo ves el futuro ahora? ¿Estáis recibiendo algún tipo de ayuda para poder regularizar vuestra situación?

Con Cáritas tenemos varios programas más, desde mi hijo mayor hasta el menor. Ellos, gracias a Dios, se han encargado de todo, del instituto, del colegio, del niño, todo. Ahora a esperar que nazca el bebé, que Dios quiera, todo salga bien. Nos han ofrecido también el apoyo en el tema de la vivienda y en regularizar nuestra situación.

Con posibilidades, claro, supermejor de cuando empezamos porque entonces no veíamos realmente una salida, pero ahorita ya está. Estamos a punto de que las cosas estén mejor. Ya estamos centrados en lo que queremos y queremos estar aquí. Y todo a su debido tiempo. Pero claro, el futuro es súper mejor y a esperar que nazca el bebé y que todas las cosas se vayan regularizando poco a poco.

¿Por qué decidiste dejar Colombia?

Para nadie es un secreto que Colombia es un país lleno de muchas dificultades, no solamente económicas, sino que también hay mucha violencia, demasiada violencia. Tengo mis hijos, el mayor ya está en la etapa de la juventud. Nosotros vivíamos en una zona muy vulnerable, aparte de que veía muchos grupos de delincuencia y quería sacar a mis hijos de allá para que no fueran a pasar por lo que una ha vivido de pequeño.

No quería que mis hijos pasaran por lo que nosotros y mis hermanos hemos vivido en el pueblo, porque somos de un pueblo de zona roja donde se ven muchos grupos delincuentes, donde hay guerrillas, FARC, y de todo. No quería que mis hijos vivieran eso y eso nos impulsó a salir de ese país.

¿Te has arrepentido de salir de Colombia?

-No, para nada. Hemos pasado por momentos muy difíciles. Pero poco a poco hemos ido como centrándonos y ya estoy súper contenta porque acá hay más tranquilidad, salir a las calles y que no te pase nada, que no te van a robar, que no te van a matar.

¿Cómo te sientes viviendo aquí?

Muy tranquila. Esperando ansiosa que nazca el bebé y que todo salga bien.

¿Te preocupa el tema de la vivienda?

Claro, en el momento sí. Me preocupa mucho el tema de la vivienda, porque, ahorita por ejemplo, estamos tranquilos porque estamos en el piso de Caritas, pero luego cuando ya queramos obtener una vivienda nos toca pasar un proceso, que tengamos papeles, luego de que tengamos los documentos, poder tener dinero suficiente para poder alquilar una vivienda.

Y aquí es un poco complicado poder adquirir una vivienda como tal. Aparte, sin saber cuánto tarda el proceso de los documentos y tener el dinero para hacerlo. Eso sí me preocupa bastante, bastante y pues para adquirir nosotros la vivienda tenemos que esperar que nos podamos legalizar, luego poder tener un ahorro para poder ir a alquilar una vivienda. Todo es un proceso.