La Iglesia española arrima el hombro para paliar la devastación dejada por la DANA
La Iglesia española está arrimando el hombro para paliar la devastación en la que se ha sumido Valencia. Desde su episcopado hasta Cáritas pasando por infinidad de entidades, la comunidad cristiana es consciente de la emergencia actual y las grandes necesidades y esfuerzos que exige la reconstrucción
Las parroquias de la zona afectada se movilizaron desde las primeras horas, incluso en condiciones meteorológicas adversas y con las comunicaciones caídas.
Se afanaron en localizar preferentemente a las personas en situación de vulnerabilidad que podrían requerir una ayuda más urgente y en encontrar a aquellas familias con las que venían trabajando con anterioridad.
Aunque las inundaciones y riadas provocadas por la DANA también han afectado a Letur en Albacete, Mira en Cuenca, Álora en Málaga y Jerez de la Frontera en Cádiz, la magnitud de la devastación en Valencia ha sido descomunal.
A las pocas horas de la catástrofe, Cáritas diocesana de Valencia, con más de 5.000 personas voluntarias y más de cien profesionales, mostró su disposición a colaborar con las Administraciones públicas en todo aquello que fuera necesario y recibir la demandas de las poblaciones afectadas, fundamentalmente a través de las delegaciones parroquiales.
“Nadie está preparado para lo que ha pasado. Aunque estamos acostumbrados a las situaciones de emergencia, esto ha sido inimaginable”, relata la directora de Cáritas Valencia, Aurora Aranda.
“Muchas personas que están todavía con el pie en el barro y no es fácil levantar la cabeza para organizar y priorizar la ayuda. De momento, respondemos a lo que pasa por delante. A unos sitios se puede ir ya pero todavía hay que esperar para llegar a otros. Los desplazamientos no son fáciles, hay trayectos de media hora que ahora se hacen en tres horas”, dice la responsable de Cáritas.
La entidad eclesial de ayuda humanitaria trata de digerir también la ola de solidaridad y sobre todo organizar la respuesta. “Los ofrecimientos de voluntarios se han multiplicado por mucho, hay personas personas particulares, empresas, entidades sociales, comunidades parroquiales, centros educativos de aquí y de toda España”, admite.
“Registramos todo y tratamos de formar los equipos para resolver las urgencias de la mejor posible”, pero cuesta levantar la mirada para hacerse una idea de conjunto, más cuando todavía las comunicaciones fallan”, reconoce.
En medio de la magnitud de la devastación y la consiguiente respuesta generosa de la ciudadanía, ocurre, cuenta, que “cuando fuimos con 15 personas a limpiar un almacén que tenemos en La Torre para convertirlo en un centro logísticos, los vecinos nos dijeron que había pasado un grupo de voluntarios de otra entidad y ya lo había hecho”.
En un primer momento, en coordinación con el Ayuntamiento de Valencia, Cáritas diocesana prestó apoyo para ofrecer refugio en L’Alqueria del Basket y en el Complejo Municipal de La Pechina, a la espera de que se abriesen los accesos para poner en marcha la ayuda en tareas de limpieza, aprovisionamiento de recursos, ropa y alimentos a la población afectada.
Sus primeros envíos de alimentos y mascarillas, guantes y productos de limpieza llegaron a las áreas más accesibles, como Aldaya, Benetúser, Alfafar y Sedaví y estaba habilitando sus espacios en la zona para acoger a las personas más vulnerables que las comunidades parroquiales venían acompañando con anterioridad.
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A medida que se fueron despejando los accesos a los territorios más duramente golpeados, como las comarcas de L’Horta Sud, La Plana de Utiel-Requena, La Hoya de Buñol, La Ribera Alta, El Camp del Turia, así como parte de la Ribera Baja y Los Serranos y algunos barrios de la ciudad de Valencia, sus equipos de atención se desplazaron para poder atender las demandas y evaluar las necesidades.
Donaciones económicas
La organización sociocaritativa pide, en lo posible, colaboración económica, más que víveres o enseres, por agilidad y facilidad de adaptarse a las demandas cambiantes y el ahorro de esfuerzos logísticos.”
De momento, tenemos ropa y alimentos suficientes y nos está pasando, como al resto de entidades y ayuntamientos, que no tenemos mas espacio, por lo que invitamos a hacer donaciones económicas, al igual que hacemos con cada catástrofe”, explica la directora de Cáritas Valencia. “De momento, estamos dando respuesta y priorizando ayuda alimentación, kits de limpieza, ropa de hogar, enseres”, detalla.
“Más tarde, puede que haga falta ayudar para acondicionar la viviendas, conseguir electrodoméstico e incluso apoyar la reapertura de comercios, para lo que nos han contactado ya alguna empresas dispuestas a colaborar”, dice.
Cáritas Valencia ha constituido su propio comité de emergencia, para analizar las necesidades más prioritarias en las poblaciones damnificadas, con vistas a coordinar la respuesta y colaborar en los futuros proyectos de reconstrucción de las zonas dañadas.
Durante estos día, la entidad terminará un protocolo para priorizar, con transparencia y equidad, la concesión de las ayudas, no solo a las personas con la que estaban en contacto antes, sino también a las que ahora se encuentran en situación de emergencia. “Nuestros criterios habituales incorporarán la mirada de la DANA, sabiendo que va a ir para largo”, reconoce Aranda.
Pasado el tiempo, habrá que poner en marcha otro tipo de colaboración, “más vinculada al desarrollo de proyectos concretos, de zonas y poblaciones para desarrollar acuerdos con las administración, las entidades sociales y hasta la parte empresarial que sirvan para la rehabilitación y hasta para dar apoyo a quienes han perdido sus negocios”, apunta.
Más allá de lo económico, Cáritas ofrece presencia, escucha, afecto, cercanía, incluso, gracias a la colaboración de profesionales, apoyo psicológico y asesoramiento terapéutico en este momento de duelo, primero por las personas que han muerto, pero también por todo lo que han perdido, sus hogares donde ubicar sus proyectos de vida, los recuerdos de una vida
“Esto no se ve, parece que no es nada, pero es importante para las personas notar que tienen alguien que está a su lado. Al menos, al equipo directivo de Cáritas, las llamadas, los mensajes y los encuentros nos ayudan a estar en pie, a mantener el esfuerzo y en la medida que podemos le trasladamos la importancia de los afectos y de sostener la esperanza a los voluntarios”, dice Aranda.
“Nuestra tarea también es alimentar la esperanza y mantener la solidaridad. Hay parroquias que se están hermanando con poblaciones afectadas para que se sienta reforzadas, acompañadas, apoyadas. En este momento delicado, tenemos que está ahí para lo que necesiten las personas, aquí la labor de la Cáritas Parroquiales es muy importante, porque ya estaban antes y van a estar después”.
Al fin y al cabo, “las familias que lo han perdido todo enfrentan ahora la dura tarea de recomponer sus vidas y volver a su día a día”.
Reconstruye tu comunidad
El presidente del episcopado, Luis Argüello, ha anunciado la celebración de una eucaristía “como apoyo espiritual” por la tragedia de la DANA, así como una colecta en todas las misas que se celebren el próximo domingo 24 de noviembre en favor de las personas afectadas.
La eucaristía por las víctimas tendrá lugar el martes 19 de noviembre en la catedral de la Almudena de Madrid, coincidiendo con la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española del 18 al 22 de noviembre.
La recaudación de todas las parroquias de España será ofrecida “como una pequeña ayuda”, porque “las necesidades económicas de reconstrucción son impresionantes” y hace falta “arrimar el hombro”.
El portal “Dono a mi Iglesia”, también de la Conferencia Episcopal, ofrece la posibilidad de colaborar económicamente con la diócesis de Valencia, con el lema “Reconstruye tu comunidad”.
Redactor jefe de Noticias Obreras