La Iglesia asume el reto de fomentar el diálogo público y la participación del laicado contra la polarización de la vida pública
La 44 Semana Social de España, organizada por la Conferencia Episcopal Española, concluyó con un llamamiento a la escucha, el diálogo, la participación y formación del laicado para responder a una sociedad como la nuestra que “está atravesada por profundas divisiones, polarizaciones y desencuentros en la vida pública”.
Este contexto social en el que se desarrolla la vida pública es “especialmente preocupante” en el ámbito de la política institucional, en el que se ha normalizado la falta de diálogo, el desencuentro “e incluso la descalificación continua”, según puede leerse en el documento de conclusiones de la Semana Social: El diálogo, camino para la Iglesia.
Además, durante el desarrollo de este encuentro, celebrado durante el fin de semana en Valladolid, se ha analizado que “en muchas ocasiones en la vida pública el miedo, la incertidumbre, los prejuicios y las generalizaciones malintencionadas provocan una profunda polarización emocional que no atiende a razones y argumentos”.
En opinión de Maru Megina, presidenta de la HOAC, este encuentro ha sido “de gran relevancia por la actualidad de su tema central: el diálogo, tanto en la Iglesia como en la sociedad; su motivación, enmarcada en la compleja situación social y política actual”.
En esta línea, Megina ha recordado las palabras del arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, al “destacar el dolor y el sufrimiento de las personas como un ‘tercero en el diálogo’ esencial para alcanzar un verdadero encuentro”.
Diálogo, participación y formación
En el trabajo en grupos, se constató la creciente polarización que atraviesa la sociedad española, agravada por “la lucha partidista, el mundo tecnodigital y sus formas de relación y comunicación, […] y la ausencia de liderazgos éticos, cívicos y eclesiales”.
Este fenómeno, presente también en la Iglesia, refleja un clericalismo que “muchas veces se hace sordo a la voz del laicado, especialmente de las mujeres y las personas que sufren la pobreza”, asume la Conferencia Episcopal en tono de autocrítica.
Ante esta realidad, los obispos, los representantes de las diócesis y de instituciones eclesiales —entre las que se encontraba la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC)– coincidieron en la necesidad urgente de “promover espacios de diálogo inclusivo y comprometido, basados en la escucha y la búsqueda del bien común”.
En este sentido, el encuentro asumió varios compromisos que pretenden dar respuesta a la situación diagnosticada y fomentar una cultura de diálogo. Entre ellos, destacan:
- Promover espacios de encuentro plurales que permitan deliberar desde metodologías que favorezcan el diálogo público y la convivencia intergeneracional, interreligiosa y multicultural. Espacios que sean “como escuelas cívicas de construcción del bien común”.
- Impulsar la participación de las personas cristianas en la vida pública –que abarca su acompañamiento y reconocimiento–. Esto es en la política institucional, en los ámbitos de los diferentes agentes sociales, sindicales, el mundo empresarial, de la cultura, las artes, las instituciones cívicas y movimientos ciudadanos… Este compromiso llama a la Iglesia a ser promotora de espacios de diálogo junto con “agentes cívicos, políticos y sociales con especial impulso para la presencia de las personas descartadas”.
- Fortalecer la formación del laicado y potenciar la Doctrina Social de la Iglesia como herramienta de diálogo y construcción de la justicia, el cuidado de la casa común y la paz. “Debemos comprometernos y promover, con actitud humilde y espíritu de escucha, procesos de diálogo en diversos ámbitos públicos y eclesiales”, afirmaron.
“La Iglesia debe ser impulsora de la participación y el fomento del diálogo desde la riqueza del espíritu sinodal, mostrando un compromiso público que permitan avanzar hacia la transformación de la sociedad potenciando la participación y la formación en DSI del pueblo de Dios como una clave fundamental para articular este diálogo con el mundo”, subraya Megina al compartir los compromisos de la Semana Social.
No obstante, la presidenta de la HOAC considera que se deben seguir haciendo esfuerzos para atraer la participación del laicado en las diócesis, “visibilizar la tarea evangelizadora y dar mayor reconocimiento a los cristianos y cristianas que trabajan comprometidamente en la sociedad, pero cuya experiencia aún no se valora y recoge lo suficiente”.
Escuchar, la clave del diálogo
La Iglesia española también reconoce que “el diálogo comienza por escuchar el sufrimiento y las ‘razones’ del otro, para restaurar la vida de las personas”, subraya el documento conclusivo, recordando la necesidad de una presencia comprometida en el “mundo de la exclusión, el sufrimiento y la enfermedad”, que vaya más allá de lo asistencial para fomentar la participación y la ciudadanía activa.
En esta dirección, la Iglesia se compromete a impulsar la participación de todas las personas cristianas “desde estructuras de diálogo y corresponsabilidad que transparenten la ‘profecía social’ del Evangelio”.
Director de Noticias Obreras.
Autor del libro No os dejéis robar la dignidad. El papa Francisco y el trabajo. (Ediciones HOAC, 2019). Coeditor del libro Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo. Prólogo del papa Francisco (Ediciones HOAC, 2022)