El departamento episcopal de Ecología ruega que la tragedia de la DANA sirva para salir mejores y unirnos para hacer frente al cambio climático
El director del Departamento de Ecología Integral Conferencia Episcopal Española, Eduardo Agosta, ante la tragedia provocada por la DANA, expresa su deseo de que esta tragedia sea acicate para “salir mejores” y más unidos para poder hacer frente a las consecuencias del cambio climático.
En su mensaje resalta que “los pueblos del Mediterráneo español son resilientes”, al tener experiencia de que fenómenos climáticos adversos, de vez en cuando, “golpean a sus habitantes con riadas memorables, en las que se pierden trágicamente vidas humanas y cuantiosos bienes materiales”. De hecho, confiesa que “las cifras y las imágenes encogen el corazón”.
Agosta ha querido destacar el “estallido de solidaridad” tras “la severidad” de las consecuencias de la DANA. “Miles de españoles, venidos de muchos lugares, comenzaron a empuñar palas, cubos y cepillos, y no dudaron en ayudar a los damnificados”.
Se da la circunstancia de que el responsable de Ecología Integral de la Conferencia Episcopal es climatólogo de profesión, por lo que trata de explicar la magnitud de lo ocurrido.
“Que haya habido registros de precipitación mayores a 150 litros por metro cuadrado en tres horas, o un acumulado diario superior a los 600 litros por metro cuadrado (como en Chiva y Turís) corriente arriba de torrentes y barrancos, ese 29 de octubre en donde la climatología muestra acumulados anuales medios en torno a 500 litros por metro cuadrado, es ciertamente una singularidad en la precipitación de la región”.
Así apunta a que “uno de los factores clave que contribuyen a la intensidad singular de las tormentas asociadas a una DANA es el contenido de humedad de las parcelas de aire que conforman los sistemas de tormenta”, a lo que añade que “desde hace tiempo que los climatólogos observamos con preocupación el calentamiento anómalo del Mediterráneo”, al inyectar humedad que “incrementa la energía potencial convectiva disponible”.
Aunque “hay estudios que indican que, a nivel hemisférico, en las últimas décadas, las DANA se han incrementado en frecuencia de ocurrencia”, lo que afectaría fundamentalmente a Italia y Grecia, todavía no hacen falta estudios refinados para adjudicar con detalle científico las causas físicas del fenómeno y su atribución al cambio climático”. Eso sí, reconoce, “la primera evidencia apunta en este sentido”.
En cualquier caso, Agosta apunta que “es muy probable que el motor principal de esta singular DANA sea el calentamiento anómalo de las aguas del Mediterráneo”.
“Estamos lejos de estar bien preparados para mitigar y adaptarnos a las consecuencias adversas de un clima que está cambiando”
Con todo, el responsable episcopal de Ecología Integral advierte que “a pesar de nuestras creencias, estamos lejos de estar bien preparados para mitigar y adaptarnos a las consecuencias adversas de un clima que está cambiando” y de que “es absurdo pretender ignorar las advertencias precautorias del conocimiento científico sobre un problema tan complejo como es el clima y sus derivados”.
En esta situación, “como aprendizaje, si se pudiera hablar de ello todavía, y con sumo respecto a todos los que están sufriendo esta catástrofe”, recupera las palabras del papa Francisco, con ocasión del Día de la Tierra del 2021, después del duro golpe de la pandemia, en las que hacía votos por que la adversidad que entonces se vivía en todo el mundo impulsara a la humanidad a “la innovación, a la invención, a buscar caminos nuevos”, porque “de una crisis no se sale igual, salimos mejores o peores”.
El obispo de Roma ya señalaba que “si no salimos mejores vamos por un camino de autodestrucción”.
Termina Agosta expresando su deseo de que “ojalá que este bendecido país encamine todos sus esfuerzos por el lado de ser mejores, y que esta catástrofe sufrida por los hermanos del Levante español nos aúne aún más”.
Redactor jefe de Noticias Obreras