El congreso internacional del trabajo defiende “una agenda mundial de políticas para el trabajo decente”
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha lanzado un llamamiento a “construir una utopía laborista frente a las distopías reaccionarias” en la inauguración del Congreso Internacional del Trabajo: “Hacia una Internacional Laborista”.
“Necesitamos una imagen de un mundo diferente, construido a partir de décadas y siglos de luchas sindicales, de aquellas victorias que ya disfrutamos hoy y de las que todavía están por llegar”, ha defendido Díaz al inicio del encuentro, después de recordar a las víctimas y damnificados de la DANA de Valencia y Castilla-La Mancha.
La democracia sobre la economía
“El gran reto es que la democracia prime sobre la economía. Es la economía la que tiene que estar al servicio de la sociedad”, ha asegurado la ministra, quien aclaró que el propósito de esta conferencia es promover una “alianza internacional por el trabajo decente con la pretensión de impulsar una agenda mundial de políticas para el trabajo decente”, mediante el impulso de un “movimiento internacional laborista que, lejos de conformarse, trabaje incansablemente por ensanchar los derechos laborales en todo el mundo”.
El reto legislativo, remarcó es “construir todo un acervo de derecho laboral internacional que diga alto y claro que el trabajo no es una mercancía”. La defensa de las garantías en el trabajo, a su juicio, está íntimamente ligada con la justicia climática, porque promueve su protección, garantiza sus derechos laborales e impulsa su reconversión hacia empleos verdes, de calidad y dignos, ha defendido.
Además, la vicepresidenta ha aprovechado para plantear la reducción de la jornada laboral como uno de los avances necesarios de “de esta época”, al tiempo que ha remarcado las reformas acometidas por su ministerio. “Hemos tomado medidas audaces que no se habían tomado en nuestro país”, ha dicho, como la reforma laboral y los ERTE en la pandemia.
De paso, ha defendido que “hemos demostrado que la gestión de las crisis no tiene que ser la visión neoliberal”. “Les hemos derrotado intelectualmente”, ha comentado en relación a las subidas del salario mínimo y las visiones “apocalípticas” de pérdidas masivas de empleo.
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Un contrato para el siglo XXI
Tomaron la palabra en el acto de presentación, el secretario general de Comisiones Obreras (CCOO), Unai Sordo y el secretario general de la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT), Pepe Álvarez.
Sordo ha planteado que “la gran disputa de época” radica en la posibilidad de ofrecer “certezas” ante las incertidumbres ante el futuro. La disyuntiva actual se está dirimiendo, a su juicio entre el modelo de seguridad de la ultraderecha “xenófoba, machista y clasista” o la reconstrucción de “un contrato social para el siglo XXI”.
“Esta disputa no es solo cultural, no es solo de relatos, y el trabajo está llamado a jugar un papel fundamental”, ha subrayado Sordo, que requiere que se consoliden nuevos derechos para que las clases trabajadoras “mejoren sus condiciones materiales de vida”.
También ha enfatizado en que “sin negociación colectiva no hay democracia. La democracia no se puede limitar a un juego formal de representatividad política.”
Por su parte, Álvarez ha apostado “defender el sindicalismo de clase democrático”, más allá de las reclamaciones salariales, para reconocer que “los derechos son globales desde una perspectiva de ciudadanía”. “¿De qué sirve negociar grandes convenios colectivos si un trabajador que alquila un piso le supone el 80%, el 90% o el 100% de su salario?”, ha explicado.
Por ello, ha afirmado el líder de UGT, “el nuevo contrato social es el que debe redistribuir, tras décadas de lucha, una vez más el equilibrio entre el factor trabajo y el capital, un equilibrio que se ha roto pese a nuestros esfuerzos”.
El encuentro de dos días, que reúne a ministros y ministras de Trabajo de varios gobiernos, expertos laboralistas, intelectuales y representantes de los sindicatos de España y de las confederaciones de trabajadores de Europa y el mundo, acabará con la promulgación de la Carta global de derechos laborales.
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Redactor jefe de Noticias Obreras