Veredas por abrir hacia el trabajo decente
La Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente cumple 10 años, y desde la Juventud Obrera Cristiana (JOC) hacemos una valoración positiva de este recorrido temporal. Quizás, en estos momentos podemos hablar de la madurez de esta propuesta. Una madurez establecida en la que sabemos que podemos sumar diversos agentes eclesiales a la causa del trabajo digno. Un camino que ha ido parejo al pontificado del Papa Francisco, cuyo magisterio y discurso ha traído precisamente el tema del trabajo digno a las mesas de reflexión de la Iglesia.
Al principio, podíamos hablar de cierta frescura, y de percibir que se trazaba un nuevo puente entre Iglesia y Mundo Obrero. Estaba empezando a iniciarme en la JOC cuando se empezaba a hablar de esta iniciativa. Pero la impresión que tuve al saber de esta convocatoria, y los primeros gestos en la calle, en el centro de Zaragoza es un animado pensamiento : “Esta gente no se sabe estar quieta”.
También recuerdo con cariño las movilizaciones en Huesca. Un círculo de silencio en “Las Cuatro Esquinas” centro neurálgico oscense, donde nos llegamos a juntar un grupo significativo de gente.
O la convocatoria más escueta que hicimos en la plaza Navarra: como cualquier manifestación en Huesca estábamos justos para tener en pie la pancarta. Eso sí, se unió el obispo de entonces, a sostener el cartel por uno de los lados.
Pensando en el trabajo realizado en torno a la iniciativa, me gustaría reconocer el huequito que se ha dejado (Y se ha privilegiado) para que los movimientos juveniles que son parte de la iniciativa, podamos hablar de la realidad juvenil. Espero también que se tengan en cuenta en el futuro temas que afectan a la juventud trabajadora, como la enorme sangría adquisitiva en torno a la vivienda, al igual que otros temas menos punzantes, pero también preocupantes como la inestabilidad vital favorecida por un sistema laboral deshumanizante, que usa como fuerza de trabajo “chiclosa” a miles de jóvenes.
“Nos preocupa la inestabilidad vital favorecida por un sistema laboral deshumanizante, que usa como fuerza de trabajo “chiclosa” a miles de jóvenes”
Podemos alegrarnos y visualizar que la iniciativa es amplia, al mismo tiempo que saberse insatisfechos, y pensar en que quedan veredas por abrir. Me gustaría ver a una jerarquía eclesial que haga suya esta iniciativa, y aunque hay ejemplos como el que he nombrado, sería interesante seguir trabajando en esta idea de que la causa del “trabajo es para toda la iglesia”. Y por otro lado, sería interesante ver cómo agentes sociales externos a la iglesia conozcan esta causa, y se genere una suma en torno a la preocupación cristiana (que es humanista a su vez) por el trabajo decente.
Pienso, nuevamente, en cómo sumar y hacer oír a la parte social juvenil sumando a esta reclamación.
Valoramos el trabajo constante que se hace desde la mesa estatal de la iniciativa, y que permite que a nivel diocesano se pueda llevar a cabo una actividad en torno a la iniciativa. En ese sentido, valoro también la establecida presencia en numerosas diócesis. Y es que existe un cúmulo de agentes eclesiales en torno a esta Iniciativa, que sabemos que trascienden las entidades que la fundan.
Por lo tanto, podemos hablar del carácter sinodal y amplio de esta iniciativa, que demuestra que puede ser transversal, y donde cabe todo tipo de cristiano creyente preocupado por el mundo del trabajo.
Deseo pues, que se siga trabajando otros tantos 10 años en torno a esta Iniciativa. Hay “un gran tema” de fondo, y aunque en el movimiento JOC palpamos la realidad del trabajo juvenil a diario, no nos compete sólo a nosotros. Deseo que esta lucha cale, que la misión de esta iniciativa sea amplia, y que podamos seguir construyendo puentes entre toda la buena gente que entiende que la vida digna pasa por el trabajo digno.
Presidente de la Juventud Obrera Cristiana (JOC)