Luchar hoy para ganar el futuro con trabajo decente
La creación de la Iniciativa “Iglesia por el Trabajo Decente” fue -y es- un hito en la defensa de los derechos de las personas trabajadoras. Por primera vez, diversas entidades de la Iglesia de muy distinta índole se unían para luchar y dar voz a todas las injusticias que se viven en el ámbito laboral, y sobre todo para mostrar que estos problemas son los problemas de la Iglesia.
Con esta plataforma remarcamos que la lucha por el trabajo decente debería ser una de las reivindicaciones principales de la Iglesia, y de la sociedad en general. Como cristianos, no podemos mirar hacia otro lado y lavarnos las manos ante las injusticias que se viven en el ámbito laboral.
Todas las personas somos responsables de conseguir que el trabajo, como “medio de realización personal de la propia vocación” (declaración ITD), sea accesible, seguro y de calidad para todas las personas.
En cada una de sus convocatorias, ITD ha conseguido movilizar a miles de personas en más de 50 diócesis. Nuestras reivindicaciones se han escuchado inundando las calles, plazas y lugares emblemáticos de cada una de las ciudades gracias a las marchas y actos públicos realizados en las 4 fechas señaladas: Día Internacional de las Mujeres (8 de marzo), Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo (28 abril), Día Internacional de los Trabajadores (1 mayo) y Jornada Mundial por el Trabajo Decente (7 octubre).
Año tras año, ITD se ha posicionado valientemente en temas tan controvertidos o invisibilizados como la necesidad de asegurar empleos dignos, sostenibles e inclusivos, las dificultades que sufren las mujeres y las personas jóvenes para acceder a puestos no precarios, los problemas de salud mental que afectan a miles de trabajadoras a causa de la precarización de los trabajos, o la lucha constante por reducir la jornada y asegurar la conciliación laboral.
“A día de hoy, dedicar tiempo y dinero en nuestra formación no nos garantiza a las personas jóvenes tener una estabilidad laboral”
A pesar de todos estos logros, aún falta mucho camino por recorrer. A día de hoy, dedicar tiempo y dinero en nuestra formación no nos garantiza a las personas jóvenes tener una estabilidad laboral.
A esto se suma la dificultad que tenemos para encontrar trabajos acordes a nuestra formación, lo que nos obliga a trabajar gratuitamente como becarios para conseguir los años de experiencia que nos exigen, o a aceptar cualquier empleo asumiendo jornadas excesivas, condiciones insalubres y situaciones de precariedad laboral.
Desde la mesa somos muy conscientes de que nuestro mensaje podría llegar mucho más lejos. Son cerca de 20 las diócesis que no cuentan con una mesa diocesana de ITD, y en aquellas diócesis donde sí estamos es necesaria la participación de más organizaciones y entidades que sientan esta lucha como propia.
Son muchos los espacios donde no se nos conoce (tanto dentro como fuera de la Iglesia), y es necesario que nuestras reivindicaciones se hagan realidad a través de normativas y leyes concretas que mejoren la vida de las personas trabajadoras.
No obstante, si tuviera que decir cuál creo que debería ser el objetivo de la mesa para los próximos 10 años, sería conseguir que todos los debates y propuestas de reformas laborales pongan a la persona en el centro.
Necesitamos que todas las medidas busquen el desarrollo integral de las personas y el acceso universal al trabajo decente, en vez de buscar una productividad insana que daña gravemente la dignidad y la salud de tantas personas cada día.
En la JEC estamos orgullosas de todo lo que hemos conseguido desde la plataforma en estos 10 años de historia, y nos alegramos de ver cómo la realidad de las personas jóvenes se tiene en cuenta en todas las reivindicaciones de ITD.
Somos conscientes de que aún queda mucho que reivindicar y que conseguir, pero también vemos cómo año tras año la plataforma se fortalece y gana presencia. Por todo esto miramos los próximos 10 años con ilusión y ganas de seguir transformando la situación laboral en España junto al resto de entidades de la plataforma y de la sociedad en general.
Presidente de la Juventud Estudiante Católica (JEC)