Los obispos de Tarrasa, Astorga y Lugo subrayan la importancia del trabajo decente para las personas, el bien común y la Iglesia

Los obispos de Tarrasa, Astorga y Lugo subrayan la importancia del trabajo decente para las personas, el bien común y la Iglesia
En sus respectivas cartas pastorales, los obispos Salvador Cristau, de Tarrasa; Jesús Fernández, de Astorga; y Alfonso Carrasco, de Lugo se suman a la reflexión sobre la importancia del trabajo decente y refuerzan la convocatoria de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente.

Desde diferentes perspectivas, los prelados abordan los desafíos que enfrentan muchas personas trabajadoras, destacando la necesidad de un compromiso social para garantizar condiciones laborales dignas y estables, especialmente para las personas trabajadoras que pero lo están pasando, como son las migrantes y jóvenes. Su mensaje coincide en la urgencia de traducir la conciencia social en acciones concretas inspiradas por la Doctrina Social de la Iglesia.

Una realidad preocupante

En su carta pastoral Por ti, por mí, trabajo decente, Salvador Cristau Coll, obispo de Tarrasa, reflexiona sobre la relevancia de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente y la urgencia de concienciar y actuar ante la realidad que enfrentan muchas personas trabajadoras, especialmente aquellas que sufren desempleo o condiciones laborales indignas.

“Se trata de una realidad preocupante, con un desempleo estructural en el que miles de personas quieren trabajar y no pueden; con demasiada temporalidad que dificulta enormemente la estabilidad de los proyectos vitales de miles de personas; con la siniestralidad laboral; con la pérdida de poder adquisitivo de los salarios; con las dificultades de conciliación laboral y familiar; y el aumento de las enfermedades psicosociales, etc.”, afirma Cristau.

El obispo subraya la necesidad de que la sociedad se involucre activamente, destacando que la implicación, el compromiso y la solidaridad son esenciales para alcanzar el bien común. Asimismo, insiste en traducir la toma de conciencia sobre la importancia del trabajo decente en acciones concretas que mejoren la vida de las personas, inspirado por la Doctrina Social de la Iglesia y el mensaje del papa Francisco.

Iglesia comprometida con el mundo del trabajo

Por su parte, Jesús Fernández González, obispo de Astorga y presidente presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Promoción Humana, en su carta pastoral Sacarle brillo al trabajo, recuerda los 30 años del documento La pastoral obrera de toda la Iglesia y el compromiso de la Iglesia en España con la dignidad del trabajo y la realidad del mundo obrero.

En este recorrido de tres décadas, la pastoral obrera ha logrado integrarse en diversas áreas de la vida eclesial, según el obispo: “el tema del trabajo se ha hecho más presente en la catequesis, la predicación, la liturgia y el servicio caritativo y social”. Fernández resalta que la pastoral obrera no es tarea exclusiva de “especialistas”, sino que involucra a toda la comunidad cristiana, y debe reflejarse en todas las actividades de la Iglesia para acompañar y dignificar la vida laboral de las personas.

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Además, destaca que la Jornada Mundial por el Trabajo Decente se ha convertido en una oportunidad para visibilizar las condiciones laborales actuales y promover un entorno de trabajo decente. Según sus palabras, esta jornada “pretende dar visibilidad a las actuales condiciones en las que se desarrolla esta actividad humana y promover un entorno seguro y saludable de trabajo para todos”. Sin embargo, advierte que todavía existen desafíos importantes como la precarización laboral, la falta de derechos de las personas migrantes y la desilusión de los jóvenes frente a su futuro profesional.

Reflexión desde la justicia social

Finalmente, Alfonso Carrasco, obispo de Lugo, también se une a la reflexión sobre la importancia del trabajo decente con su carta pastoral Por ti, por mí, trabajo decente. En ella, subraya la necesidad de abordar la justicia social desde la perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia, la cual afirma que el trabajo digno es un derecho esencial para el desarrollo integral de la persona.

El prelado destaca la relevancia de poner la dignidad de la persona trabajadora en el centro de las decisiones políticas y económicas, así como de crear oportunidades de empleo digno para todos. Pone especial énfasis en la situación de vulnerabilidad que enfrentan los migrantes y en la urgencia de fomentar su integración social y laboral. Para Carrasco, la campaña «Por ti, por mí, trabajo decente» representa un llamado a toda la sociedad, en particular a quienes tienen mayor capacidad de influir, para comprometerse con el bien común y la defensa de los derechos laborales.

“La atención real al ‘trabajo decente’ implica defender los derechos laborales de todos. En el caso de las personas migrantes, significará también apoyar su camino de integración social y laboral, particularmente en las relaciones –muchas veces complicadas– con las administraciones públicas. Y podrá ser ocasión de generar iniciativas y proyectos que respondan a esta necesidad; puede mencionarse, por ejemplo, el de ‘Arraigo para la formación’ que se ofrece desde Cáritas”, puntualiza Carrasco.