Advierten del aumento de los problemas de salud mental en la población trabajadora

Advierten del aumento de los problemas de salud mental en la población trabajadora
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En el Día Mundial de la Salud Mental, las organizaciones de trabajadores alertan del aumento de las bajas por trastornos y enfermedades mentales entre la población trabajadora del país. Cerca de medio millón de personas trabajadoras causaron baja por este tipo de dolencias.

En los primeros nueve meses de 2024, se han registrado más de 468.000 bajas laborales debido a problemas de salud mental, y se estima que este número superará las 600.000 al finalizar el año.

Las incapacidades temporales originadas por los problemas de salud mental en nuestro país superan la media de la Unión Europea, que se sitúa en el 27%.

Las condiciones laborales adversas, como la temporalidad, la inseguridad laboral y las largas jornadas aparecen como factores que contribuyen al malestar mental de la población trabajadora.

Hasta un 37% de las personas trabajadoras en España sufren de, depresión o ansiedad causados por el trabajo, según el informe actualizado “Salud mental y trabajo” de UGT.

El 34% de la población en España padece algún problema de salud mental, afectando en mayor medida a las mujeres, siendo los más comunes la ansiedad, la depresión y los trastornos del sueño

Un 48% de las personas trabajadoras en España declaran estar expuestas a una gran presión de tiempo o sobrecarga de trabajo, y un 19% a violencia o abusos verbales por parte de clientes, pacientes o alumnos.

El informe de UGT identifica varios factores de riesgo que contribuyen a la mala salud mental en el trabajo, como la presión y sobrecarga de Trabajo, la violencia y los abusos, el acaso laboral.

En los casos más extremos, los problemas de salud mental pueden derivar en suicidios. Casi 4.000 (3.952 exactamente) personas se suicidaron en España en 2023, un 6,5% menos que en 2002, cuando se registró el mayor número en nuestro país. Con todo, detrás invariablemente existe un gran dolor, primero para quienes consideraron que acabar con su vida era una salida a sus padecimientos, y después para sus familiares y allegados.

Lo que dice la estadística es que 1.255 personas ocupadas se suicidaron, de las que 283 eran personas trabajadoras de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores; 210 tenían ocupaciones elementales y 193 eran artesanos o artesanas y personas trabajadoras cualificadas de las industrias manufactureras y la construcción (excepto operadores de instalaciones y maquinaria).

La literatura científica indica que los trastornos mentales son el principal factor de riesgo asociado al suicidio, aunque hay otros como las cuestiones relacionadas con el trabajo.

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De hecho, según la OMS, existen ocupaciones que presentan mayores tasas de suicidios debido a una mayor exposición a situaciones violentas o estresantes y la facilidad de acceso a armas de fuego, medicamentos o pesticidas.

Parece evidente que el estrés laboral puede desencadenar episodios traumáticos, como demostró el caso de los suicidios en France Telecom. En nuestro país, apenas se conocen un puñado de sentencias que califiquen el suicidio como contingencia profesional.

El caso de un empleado de banca que se suicidó tras una discusión con un cliente (caso Cajamar, caso Transportes Almacenes Transitarios) o el del trabajador que se suicidó después de que la empresa le impusiera una sanción grave y le amenazara con el despido (caso Banco Sabadell).

En ninguno de estos casos, la Mutua colaboradora con la Seguridad Social había extendido el parte de accidente de trabajo y por lo tanto, no consideró los suicidios como contingencia profesional.

Recientemente en nuestro país, el Tribunal Supremo reconocía como accidente de trabajo el suicidio de un trabajador de una cadena de supermercados en Cantabria. Este trabajador había sido sancionado y cambiado de tienda, acusado, contra la opinión del mismo y su familia, de acosar a una compañera.

El suicidio de un trabajador de Madrid sometido a situaciones de elevado estrés laboral también fue considerado como accidente laboral. En la sentencia se deja constancia del nexo entre las malas condiciones laborales y la decisión de suicidarse.

El sindicato UGT reclama el desarrollo de una normativa que proteja la salud mental de las personas trabajadoras, adaptada a las nuevas realidades del mundo laboral, incluyendo la digitalización y la transición climática, la mejora de las condiciones laborales, en concreto reducir la temporalidad, la inseguridad laboral y las largas jornadas laborales, además de mejorar la organización del trabajo para evitar la sobrecarga y la presión excesiva e implementar políticas efectivas para prevenir y abordar el acoso y la violencia en el lugar de trabajo.

Igualmente, llama a cuidar de la Salud Mental, fomentando programas de bienestar y salud mental en las empresas, proporcionando recursos y apoyo a las personas trabajadoras y reclama un mayor compromiso de las direcciones de las empresas y el gobierno para promover entornos laborales saludables y seguros.