Trabajadores cristianos de Córdoba recuerdan a las últimas víctimas del trabajo

Trabajadores cristianos de Córdoba recuerdan a las últimas víctimas del trabajo
La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Córdoba organizó una concentración el viernes 27 de septiembre, frente a la Parroquia de San Nicolás en memoria de los tres trabajadores que perdieron la vida en accidentes laborales durante los meses de julio y agosto.

En un gesto de solidaridad y denuncia, la organización diocesana, junto a miembros de la Asociación de Víctimas de Accidentes y Enfermedades Laborales de Andalucía (AVAELA), sindicatos, comunidades cristianas, equipos de parroquiales de pastoral obrera y movimientos apostólicos insistió en la necesidad de mejorar las condiciones laborales y prevenir estos trágicos sucesos.

Entre los fallecidos se encuentran un trabajador de 59 años de La Carlota, que murió en Écija el 23 de julio; un hombre de 46 años que perdió la vida en Espiel el 24 de junio; y un piloto e instructor de vuelo que falleció cerca del aeropuerto de Córdoba el 31 de agosto. Estas muertes, sumadas a otras tres ocurridas en la provincia, suman un total de seis víctimas mortales en accidentes laborales durante el verano.

La concentración sirvió para denunciar las duras condiciones laborales que incluyen largas jornadas, agotamiento y falta de prevención básica, factores que, según los organizadores, han contribuido a estas tragedias.

El acto culminó con una invitación a la 10ª Jornada por el Trabajo Decente, organizada por la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), que se celebrará el viernes 4 de octubre a las 19:00 horas en las Tendillas, seguida de una Eucaristía en la Parroquia de San Nicolás.

Desde hace años, cada que muere una persona en el trabajo, la HOAC de Córdoba, convoca una concentración para expresar sus condolencias por las personas afectas y reclamar una organización del trabajo que prime la salud de las personas.

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Con este gesto, el movimiento de trabajadoras y trabajadores cristianos de la diócesis quiere expresar, en primer lugar, su solidaridad con el sufrimiento de las familias de los trabajadores fallecidos, denunciar a lacra de la siniestralidad que, sigue permaneciendo oculta a los ojos de nuestra sociedad; pero también anunciar que la persona, como bien expresa la Doctrina Social de la Iglesia, es sujeto, fin y centro de la vida laboral, nunca medio o instrumento para el lucro y proclamar que lo sagrado es la salud y la dignidad de las personas trabajadoras, y no el beneficio que se obtiene con su esfuerzo

Porque, como bien expresa el papa Francisco: “las tragedias y los dramas en el lugar de trabajo no cesan, a pesar de la tecnología de que disponemos para promover lugares y tiempos seguros. Esto ocurre cuando el trabajo se deshumaniza y, en lugar de ser el instrumento mediante el cual el ser humano se realiza (…) se convierte en una exasperada carrera por el beneficio (…) y (…) en una máquina de producción”.