¿Personas migrantes? ¡Personas trabajadoras!

¿Personas migrantes? ¡Personas trabajadoras!

Cuando, desde la pastoral del trabajo, vemos a las personas migrantes que conviven con nosotros, vemos a trabajadores y trabajadoras que, debido a su situación de vulnerabilidad, acceden a los peores trabajos, los más duros y precarizados, incluso en ocasiones con condiciones propias del trabajo esclavo.

Llevo viviendo en el barrio de Carrús (Elche) cuarenta años. Carrús siempre se ha considerado el barrio obrero de Elche, las casas y las fábricas convivían juntas, en casi todas las casas había una máquina de coser calzado o los utensilios necesarios para dar cola, forrar tacones y plantillas o «pasar» rafia…

Ahora empieza a conocerse por el «Bronx», haciendo alusión a las personas migrantes que viven en él (un 35% de la población). Este barrio fue levantado por personas migrantes venidas de Andalucía, Castilla-La Mancha, Murcia, por familias retornadas de Marruecos, Argelia, Alemania y Francia. Ahora, junto a estas personas, conviven marroquíes, subsaharianos, chinos y familias del Este de Europa. Ayer y hoy, cuando salgo a la calle sigo viendo a trabajadoras y trabajadores que salen a ganarse la vida, a tener cierta estabilidad económica que les posibilite construir un proyecto familiar.

La pastoral del trabajo y las personas migrantes

La pastoral del trabajo fija su vista en el mundo obrero para descubrir cómo el sistema de producción y las condiciones de trabajo determinan la vida de las personas, las familias y la sociedad. En nuestra mirada nos centramos en aquellas personas que el sistema intenta deshumanizar, convirtiéndolas en una herramienta más de la producción, negándoles la dignidad que da el trabajo. Hoy, las personas migradas conforman una parte muy importante de ese sector de trabajadores descartados y precarizados. Con ellos nos sentimos comprometidos a recorrer el camino que el papa Francisco nos señala: «acoger, promover, proteger, e integrar» a las personas migradas.

La pastoral con migrantes nos enriquece

En el trabajo previo al III Seminario Monseñor Antonio Algora «La pastoral del trabajo en el acompañamiento a las personas migrantes» hemos podido constatar la riqueza que acompañar esta realidad está aportando a la pastoral del trabajo: compartir la vida de personas y familias, atender a sus necesidades más urgentes, acompañarlas en su propia autoorganización, denunciar la xenofobia en la sociedad y las instituciones, el acompañamiento personal y colectivo para superar las situaciones en la que se encuentran y remover los obstáculos administrativos, sociales y políticos que dificultan su plena ciudadanía.

También es muy enriquecedor el trabajo en red, codo a codo con entidades sociales y eclesiales, que se está desarrollando ante las situaciones que viven las personas migradas.

La pastoral con migrantes desarrolla nuestra catolicidad

Otra de las cuestiones abordadas en este seminario es cómo estamos acogiendo en nuestros movimientos y comunidades a nuestros hermanos migrantes. Vemos cómo poco a poco van siendo parte de nuestras comunidades y movimientos, no sin dificultades. La cultura, los problemas de comunicación, las situaciones provocadas por la falta de un trabajo digno, las situaciones familiares, etc., hacen que no sea fácil su integración a pesar de los esfuerzos por ambas partes.

«Ensancha el espacio de tu tienda».
Este es el reto al que la comunidad y
los movimientos nos enfrentamos para
poder ser comunidades acogedoras

¿Cómo adaptar nuestros espacios para que todos nos sintamos cómodos? Horarios, planes de formación, celebraciones, la comunión de bienes y de vida, la acogida comunitaria, el acompañamiento personal, etc., deben ser revisados para responder al reto de caminar juntos construyendo comunidad y haciendo presente el reino aquí y ahora.

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Un nuevo marco de referencia de la pastoral con personas migradas

La exhortación pastoral Comunidades acogedoras y misioneras. Identidad y marco de la pastoral con migrantes, aprobada recientemente por la plenaria de la Conferencia Episcopal Española, nos da el «marco de referencia de la pastoral con personas migradas. Y ofrecer, desde la diversidad aportada por las migraciones, algunas claves que contribuyan a afrontar los desafíos del futuro» que desde la pastoral del trabajo acogemos con ilusión.

Desde la pastoral del trabajo reafirmamos nuestro compromiso por seguir trabajando, codo con codo, con la pastoral con migrantes y otras entidades eclesiales y sociales con el fin de:

  • Acompañar la vida de las personas trabajadoras migrantes para crear las condiciones en las que podamos vivir nuestra humanidad de manera más plena.
  • Colaborar a un cambio de mentalidad y de la atmósfera cultural en la que vivimos, construyendo una sociedad más solidaria y acogedora con otra comprensión vital de en qué consiste nuestra humanidad.
  • Colaborar al necesario cambio de las instituciones para que estén más al servicio de las necesidades de las personas, en particular de los trabajadores migrantes.
  • Colaborar a construir experiencias alternativas con las personas migrantes en la forma de vivir, personal y socialmente, y a visibilizar positivamente la aportación de los migrantes al bien común de la sociedad, evitando actitudes de racismo y aporofobia.

 

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Artículo publicado originalmente en la revista Migraciones núm. 10 del Departamento de Migraciones de la CEE