La Iglesia española refuerza su compromiso para que “el trabajo sea una manera de cuidarnos construyendo fraternidad”

La Iglesia española refuerza su compromiso para que “el trabajo sea una manera de cuidarnos construyendo fraternidad”
La Conferencia Episcopal Española publica un mensaje con motivo del 30 aniversario de la pastoral obrera en el que renueva su compromiso con el mundo del trabajo desde “una mirada que nos permita actualizar en las nuevas circunstancias una propuesta pastoral para toda la Iglesia”

Los obispos de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y Promoción Humana de la Conferencia Episcopal Española ha publicado un mensaje con motivo del XXX aniversario de la publicación del documento La pastoral obrera de toda la Iglesia, en el que se reafirman su compromiso con la defensa de los derechos de las trabajadoras y los trabajadores y la promoción del trabajo decente, renovando así la presencia de la Iglesia con el mundo del trabajo desde “una mirada que nos permita actualizar en las nuevas circunstancias una propuesta pastoral para toda la Iglesia”

Un recorrido histórico y actual de la pastoral obrera y del trabajo

Este mensaje de la Iglesia española, recuerda que el documento, aprobado el 18 de noviembre de 1994, marcó un hito en la misión de la Iglesia española, al hacer de la pastoral obrera no solo una labor especializada, sino un eje transversal de su dinamismo evangelizador.

En este mensaje conmemorativo, los obispos destacan las palabras pronunciadas en el 20 aniversario de la publicación: “Queremos invitaros a recorrer un camino de mirada y misericordia entrañable, que nos lleve a transitar senderos de justicia”. Este llamamiento sigue vigente, ya que la Iglesia busca seguir acompañando a las personas trabajadoras en sus luchas y sufrimientos, en su anhelo a un trabajo decente y a una vida digna.

Un mensaje de misericordia y justicia

Los prelados subrayan que, durante los últimos treinta años, la Iglesia ha estado presente en el mundo del trabajo y ha acompañado las esperanzas y desafíos de los trabajadores. Este recorrido ha permitido que la pastoral obrera “sea pastoral de toda la Iglesia”, estando presente en la estructura pastoral de numerosas diócesis y en diversas áreas como la catequesis, la predicación y la misión evangelizadora.

En el mensaje, los obispos ponen especial énfasis en Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), una iniciativa –que cumple una década– que, junto a la celebración de la Jornada Mundial del Trabajo Decente cada 7 de octubre –y otros días claves–, ha fortalecido el compromiso eclesial con la dignificación del trabajo.

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En este sentido, los prelados destacan que “defender un trabajo decente reclama que la propia Iglesia sea un ámbito de trabajo con absoluto respeto a la dignidad de cada persona trabajadora”.

La Iglesia ante los desafíos del mundo laboral

Los obispos han expresado su preocupación por las realidades que afectan hoy al mundo del trabajo: “La realidad de la falta de salud y seguridad en el trabajo, el drama de la siniestralidad laboral con las consecuencias que ello tiene para las víctimas y sus familias, la precarización del empleo y de los derechos sociales de las familias, la realidad de los trabajadores pobres, la falta de esperanza con la que los jóvenes ven su futuro laboral, la realidad de tantos trabajadores migrantes sin derechos, la desesperanzada mirada con que las personas en situación de desempleo de larga duración afrontan su vida, o la de tantos pensionistas sin recursos suficientes para una vida digna tras años de trabajo”.

Estas realidades son “lamentos y súplicas que llegan hasta el corazón de Dios”, indican, llamando a la Iglesia a seguir acompañando “de manera samaritana” a quienes las sufren.

Llamamiento a la fraternidad y al cuidado mutuo

El mensaje traslada el compromiso a seguir construyendo fraternidad a través del trabajo, con el objetivo de cuidar tanto a los trabajadores y a las trabajadoras como a la sociedad en su conjunto. En palabras de los obispos, “queremos contribuir a que el trabajo sea una manera de cuidarnos construyendo fraternidad”.

Asimismo, agradecen a los militantes de los movimientos apostólicos obreros y a todos aquellos que, desde diversas instancias de la Iglesia, han servido al mundo del trabajo, animándoles a seguir siendo “transparencia del amor misericordioso de Dios” en estas realidades.