La defensa de la dignidad de las personas que sufren, prioridad de los movimientos populares

La defensa de la dignidad de las personas que sufren, prioridad de los movimientos populares
El último bloque del simposio “Plantando bandera  frente a la deshumanización” ha contado con la intervención de Xaro Castelló, de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC), João Pedro Stedile, del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) de Brasil, y Juan Grabois, miembro del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo.

Xaro Castelló ha planteado que “hoy más que nunca sigue estando vigente este proyecto de elevar la dignidad humana a sagrada”, en referencia a la lucha global por tierra, techo y trabajo.

Es más, desde su punto de vista, “las 3T se han incorporado al magisterio de la Iglesia”, de modo que esta visión “ya no puede ser ajena al conjunto de la iglesia universal”.

La cercanía del Vaticano con los movimientos populares que trabajan por la fraternidad, la paz y el cuidado de nuestra casa común, en su opinión, está cambiando la forma de impulsar la misión pastoral con las personas empobrecidas y concretando lo que supone ser “una Iglesia en salida”.

Tender puentes

Igualmente ha destacado el impulso que han supuesto los encuentros de movimientos populares para tender puentes “entre la iglesia y el mundo del trabajo”, entre las organizaciones de trabajadores y movimiento sindical para mejorar la dignidad de las personas trabajadoras.

Para seguir avanzando en conversión y renovación, el Pueblo de Dios ha de defender todavía más “la dignidad de las personas en clave de derechos y practicar una organización económica, política de buen gobierno, cultural, social en la que se pongan todos los medios para posibilitar el cuidado de la vida”, además de “practicar la cultura de la paz, el dialogo social y el amor social tal y como se describen en la encíclica Fratelli tutti”.

Finalmente, ha reconocido que lejos de caer en la parálisis ante la dimensión de los desafíos actuales, “volvemos a plantar bandera frente a la deshumanización”, consciente de que “nuestra entrega es necesaria para transformar las cosas”.

João Pedro Stedile, del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST) de Brasil, tras reconocer que los encuentros y debates de los movimientos populares con la Santa Sede son en sí mismos “un acto revolucionario”, ha lamentado que el ejemplo no se haya extendido a más diócesis en todo el mundo.

Desgraciadamente, en estos diez años, el mundo ha empeorado, ha denunciado Stedile, al haber entrado en “una crisis terminal del capitalismo” que provoca más millonarios, pero también más pobreza, guerra y hambre, debido fundamentalmente al recurso “a la guerra y conflictos bélicos” para estimular la industria bélica y la apropiación de los bienes comunes de la naturaleza en manos de una minoría que está aumentando su “tasa de ganancia”.

Contra el odio y la violencia

El representante de La Vía Campesina y el Movimiento Sin Tierra, cuyo mensaje grabado ha sido reproducido durante la sesión, ha alertado de la emergencia de “las prácticas fascistas” que están introduciendo “el método del odio y la violencia en la política” en la disputa política.

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De ahí, su llamamiento a hay recuperar “la democracia popular” que permita a “la gente tiene desarrollar métodos de participación efectiva y no ser rehenes de los partidos, de la política genera que nadie soporta ya”.

Además, para próximos encuentros ha propuesto abordar “temas candentes y prioritarios”, como “la defensa de la naturaleza ,porque no se puede aceptar más los crímenes ambientales del capital y el agronegocio en nuestras regiones”; “la paz, porque no podemos aceptar el genocidio en Palestina y en otros lugares por intereses geopolíticos”.

Ha terminado pidiendo al papa Francisco que acuda a la cumbre social de los pueblos que se celebra en paralelo a la reunión del G20 en Brasil.

Debido a la falta de tiempo (el Papa se ha alargado más de los previsto), no ha habido ocasión para el debate, que se ha trasladado fuera del programa, mientras que se ha pedido a quienes seguían el simposio a distancia que envíen sus aportaciones por escrito a través de medios telemáticos.

Uno de los impulsores, junto con Stedile y Castelló, de estos encuentros, el argentino Juan Grabois, se ha encargado de hacer la síntesis de las ponencias de la jornada presencial.

“Cuando hablamos de tierra, techo y trabajo, estamos hablando de los que no tienen tierra, ni techo, ni trabajo”, ha remarcado y ha precisado que el lema no significa ya lo mismo que en el siglo pasado.

La reforma agraria supone “el respeto escrupuloso de la ecología”; se ha de poder vivir en las ciudades, además, claro,  de mejorar las condiciones en al villas y barrios populares, “sin tener que viajar horas para llegar al trabajo” o sin ser “siervos del alquiler”; y la economía ha de contar con “el sector comunitario”.

La política al servicio de los últimos

El líder argentino ha aprovechado para recordar los encuentros anteriores en los que se apostó de modo transversal por recuperar la paz, cuidar de la naturaleza y extender la cultura del cuidado. En ellos, también surgió el llamamiento a recuperar la buena política al servicio del pueblo, abierta a los movimientos populares que, como el resto de actores sociales, deben cuidarse de la corrupción y de desentenderse de los procesos para ocupar lugares y posiciones.

También rescató el programa de reivindicaciones universales de los movimientos populares que incluye un ingreso básico universal para que todas las personas puedan cubrir sus necesidades básicas y la reducción del tiempo de trabajo para que a nadie le falte el trabajo que dignifica.

Finalmente, anunció el relevo en la secretaria de estos encuentros, y se permitió ofrecer un consejo al reemplazo: “procuren que quienes han sufrido mucho y han logrado organizarse y salir adelante estén siempre en la primera fila”.