El precio del trabajo y otros precios

El precio del trabajo y otros precios
Foto | Clem Onojeghuo (unsplash)
Cuando Rajoy dejó el Gobierno los asalariados tan solo recuperaban en forma de salarios el 53% del valor que producían. Una caída continua de varias décadas, compartida con los principales países desarrollados, en la participación de los salarios en el valor añadido, que en 1976 alcanzaba el 67%, en 1993 el 63%, en 2009 el 58%.

La llegada de Pedro Sánchez y sus aliados al Gobierno han elevado un poco la participación de los asalariados en el PIB, hasta el 56% actual, dos puntos por debajo del porcentaje que reciben en Alemania, Francia o Reino Unido y cinco puntos por encima del trozo de tarta que reciben los asalariados italianos. Este «salario relativo» es el más importante para calibrar la fuerza política de los trabajadores, que, en todo caso, sigue mostrando una gran debilidad.

Las personas trabajadoras, en cambio, tienden a fijarse más en el salario real, que relaciona el ingreso salarial (precio del trabajo) con el gasto en consumo de los trabajadores, que está condicionado por la evolución de los precios de los bienes de consumo obrero.

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