El Vaticano llama a defender la democracia y cuestiona el sentido de “guerra justa”

El Vaticano llama a defender la democracia y cuestiona el sentido de “guerra justa”
Foto | Vaticannews
La democracia ha de ser defendida, pero, sobre todo, impregnada de valores que promuevan la convivencia social, ha reclamado el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.

El máximo responsable del dicasterio que “colabora más de cerca con el Sumo Pontífice en el ejercicio de su suprema misión” en un momento en el crecen los extremismos en todo el mundo y las sociedades se fragmentan y polarizan todavía más, ha reconocido que “la democracia está en crisis en muchas partes del mundo”.

Una crisis de legitimidad y de funcionamiento que también concierne al Pueblo de Dios, por lo que el secretario de Estado de la Sante Sede ha llamado a la comunidad católica a que reitere su posición “a favor de la democracia” y sobre todo “la llene de valores”.

Las sociedades actuales están partidas en sectores que buscan exclusivamente su beneficio propio y luchan por defender sus privilegios por encima de las necesidades compartidas, lejos de perseguir el bien común. Así, Parlorin ha explicitado que “la democracia no es un simple ejercicio matemático, quién tiene más y quién tiene menos, sino que es, sobre todo, un ejercicio de valores, de inspirarse en valores que hacen posible la convivencia social”.

El secretario de Estado hizo estas afirmaciones en la entrega del Premio Embajadores ante la Santa Sede, al poco del inicio de las Semanas Sociales, cuya clausura contará con la presencia del Papa. Parolin expresó su convicción de que “la aportación que pueden hacer los católicos es muy válida, espero que de estas Semanas Sociales salga algo bueno”.

La “guerra justa” cuestionada

La concesión del galardón en la sede de la Embajada de Italia ante la Santa Sede recayó en el periodista Piero Damosso, por su libro “¿Puede la Iglesia detener la guerra? Una investigación sesenta años después de Pacem in Terris”.

El propio Parolin recordó la génesis y el contexto histórico en el que maduró la encíclica de Juan XXIII, que “se desarrolla sobre una partitura hecha de muchos otros pronunciamientos” y rescató su comprensión de la paz universal como un bien que concierne a todos indistintamente.

En el contexto actual de conflictos diseminados por diferentes partes del planeta, el prelado quiso defender la acción diplomática, con la convicción de que dará frutos, y llamó a la coralidad, la sinergia y la cooperación para ser realmente artesanos de la paz como quiere el Papa Francisco.

También puedes leer —  ¿Cómo implementar la “infalibilidad de todo el pueblo de Dios”? Sugerencias para los sínodos mundiales sobre la sinodalidad (y II)

Es más, antes del acto, el cardenal Parolin se detuvo unos minutos con los periodistas y, preguntado por los conflictos de Ucrania y Oriente Medio, subrayó que la guerra nunca es una guerra justa.

A la luz del documento difundido por la Comisión Justicia y Paz de Tierra Santa en el que se cuestiona el mal uso de la expresión “guerra justa” en relación con la violencia en Gaza, Parolin afirmó:

“Sabemos que sobre el concepto de guerra justa se discute mucho hoy en día, la guerra justa es la guerra de defensa. Pero hoy con las armas de las que disponemos se hace muy difícil este concepto, creo que todavía no hay una posición definitiva sino que es un concepto en revisión.”

En respuesta a una pregunta sobre la propuesta del primer ministro húngaro Orbán, en su calidad de presidente de turno de la Unión Europea, al presidente ucraniano Zelenski de un rápido alto el fuego para facilitar las negociaciones de paz, Parlolin tuvo que reconocer que “hasta ahora los ucranianos siempre se han negado” y recordó que para el gobierno ucraniano. si no hay garantías, “esto solo podría ser una pausa para empezar de nuevo más tarde de una manera aún más cruda, más dura”.

“Esperamos de verdad que pueda haber una tregua, y después negociaciones”, expresó el diplomático vaticano, quien confesó que imagina que podría haber otras liberaciones de presiones en el futuro, “porque es un mecanismo que funciona distinto del de los niños. En ese caso intervienen varias realidades. En el caso de los presos se trata esencialmente de un intercambio de listas que se entregan a las dos partes, así que imagino que esta actividad continuará un poco, lo que me parece muy positivo y puede crear condiciones que podrían favorecer también la paz y posibles negociaciones”.