Dale la vuelta a la precariedad laboral, hay esperanza

Dale la vuelta a la precariedad laboral, hay esperanza
Trabajadores y trabajadoras cristianas denuncian la precariedad laboral y reclaman compromisos políticos que promuevan un trabajo decente y el cuidado de las personas trabajadoras.

Una manifestación y posterior concentración, convocada este jueves por la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), ha reunido a más de doscientas personas para visibilizar el sufrimiento que provoca la precariedad laboral, lesionando la dignidad de las personas trabajadoras, y para responder a esta situaciones con esperanza, solidaridad y planteando respuestas políticas.

El gesto –expresión pública de denuncia y anuncio convocada en el marco de los cursos de verano de este movimiento de la Iglesia española– comenzó con una reflexión sobre la dignidad del trabajo. “No es simplemente una actividad productiva, sino un medio a través del cual colaboramos con Dios en la obra de la creación y nos realizamos como seres humanos”, se destacó en la lectura. Esta visión se fundamenta en la Doctrina Social de la Iglesia, recordando que “en el trabajo libre, creativo, participativo y solidario, el ser humano expresa y acrecienta la dignidad de su vida” (Evangelii gaudium, 192).

La realidad de la precariedad

Los militantes hoacistas enfatizaron el carácter multidimensional de la precariedad laboral que incluye en factores “sociales, económicos, legislativos, políticos, laborales, culturales…” que provocan la inestabilidad del empleo, los bajos salarios, la falta de derechos laborales y la vulnerabilidad frente a amenazas y discriminaciones en los lugares de trabajo. La siniestrabilidad laboral, con sus trágicas consecuencias, fue señalada como una de las manifestaciones más alarmantes de esta precariedad. La falta de condiciones decentes y seguras en los empleos feminizados y la salud mental de los trabajadores y las trabajadoras fueron temas destacados.

También se hizo referencia al empobrecimiento de los trabajadores y su exclusión social. A pesar de las mejoras salariales y de empleo derivadas de la última reforma laboral y de los distintos aumentos del salario mínimo interprofesional, la creciente subida de los precios y la pérdida de poder adquisitivo han neutralizado estos avances. Más de dos millones de trabajadores continúan en condiciones que no les permiten cubrir las necesidades básicas de sus familias, agravando la desigualdad económica, social y medioambiental. Más de dos millones de personas trabajadoras desempleadas quieren trabajar y no pueden.

La dignidad del trabajo

Inspirados por las enseñanzas de Benedicto XVI en Caritas in veritate y de el papa Francisco en Evangelii gaudium, se reafirmó la importancia de un trabajo decente que sea expresión de la dignidad esencial de toda persona trabajadora.

También puedes leer —  El Papa afirma que la economía liberal no acepta el término "justicia social"

Un trabajo que sea libremente elegido, que promueva el desarrollo comunitario, que evite la discriminación, y que permita a las familias satisfacer sus necesidades básicas y organizarse como pueblo. Tambien un trabajo “que deje espacio para reencontrarse adecuadamente con las propias raíces en el ámbito personal, familiar y espiritual”, y acceder a una jubilación justa.

La HOAC reafirmó su compromiso de ser discípulas y discípulos misioneros y apóstoles de Jesucristo en el mundo del trabajo, particularmente entre quienes peor lo están pasando. Desde una profunda espiritualidad cristiana, se instó a la comunidad a avanzar en su compromiso personal y comunitario, apoyando los procesos de liberación de las personas trabajadoras. La vivencia esencial del encuentro con Jesucristo y la acción del Espíritu Santo impulsan su misión de solidaridad y apoyo en el seno de la Iglesia y del mundo del trabajo.

El acto culminó de manera simbólica y esperanzadora. Mientras se leían distintas reivindicaciones, que se pegaban en el reverso de una pancarta, se insistió en el reconocimiento del trabajo “como un componente esencial de la vida y la dignidad de las personas”. Al final, los asistentes agitaron globos y soplaron pompas de jabón, creando un ambiente de celebración, al son de la canción Dale la vuelta, siembra esperanza, se podía leer en la pancarta “cuidar el trabajo, cuidar la vida” como parte de las respuesta a la situaciones de precariedad laboral.

Previamente a este gesto, se realizó la celebración de la Eucaristía en la Catedral de Ávila que estuvo presidida por el obispo responsable de la pastoral del trabajo de la Conferencia Episcopal, Abilio Martínez, y copresidida por el obispo diocesano, Jesús Rico.

El también titular de la diócesis de Osma-Soria, subrayó en su homilía la situación de precariedad que vive miles de personas del mundo del trabajo. Martínez también tuvo palabras de cercanía para la HOAC, movimiento de Acción Católica especializada, para seguir impulsado su tarea evangelizadora y respondiendo a las injusticias del mundo del trabajo con su campaña “Cuidar el trabajo, cuidar la vida“.

Álbum de fotografías