Trabajadores cristianos de Málaga apoyan la movilización por una ciudad “para vivir, no para sobrevivir”
La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Málaga se ha sumado la iniciativa de 46 organizaciones que pide una ciudad “para vivir, no para sobrevivir”, ante las dificultades de acceso a la vivienda, la precariedad laboral y el estado del medioambiente.
El tejido social de la ciudad andaluza prepara una gran manifestación para el 29 de junio, a las 11:30 horas, desde la Plaza de la Merced, ante la constatación de que la falta de vivienda digna y asequible, el empleo precario y el deterioro del entorno “dificultan o impiden el ejercicio de derechos fundamentales”; “minan el avance de nuestra sociedad sembrando y propiciando la exclusión”; además de poner en entredicho el papel de los poderes públicos en el cumplimiento de las obligaciones constitucionales.
El presidente de la HOAC de Málaga, Paco Guzmán, explica que “la vivienda se concibe como un espacio vital imprescindible para la socialización y un factor de inclusión social de primer orden”, al tiempo que señala que “la Constitución Española en su artículo 47 manifiesta el derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada, atribuyendo a los poderes públicos la obligación de promover las condiciones necesarias y establecer las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho”.
Sin embargo, denuncia “la situación de precariedad laboral que sufren la población malagueña con 122.784 personas desempleadas, junto al elevado costo de los alquileres de las viviendas, que en Málaga se sitúa en torno a 14,59 euros el metro cuadrado mes, son factores que desequilibran la economía de las familias”.
Con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio de la vivienda en Málaga ha aumentado un 21,4% de 2015 a 2022, cuando el precio del alquiler subió más que en ninguna otra provincia del Estado, (3,8%) después de Valencia (4,4%).
El Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Málaga, con cifras del INE para 2021, indica que Málaga es la séptima provincia con menor renta media neta por persona, con 10.929 euros. En Málaga capital, la cifra crece hasta los 11.901.65 , muy por detrás de Sevilla (13.085,13 €) o Madrid (17.585,56 € ).
“Si nos falta la vivienda, se paraliza el ejercicio de los derechos sociales e impide la realización de las personas y de las familias. Disponer de una vivienda nos ayuda a crecer como persona, nos permite desarrollar nuestro derecho al empleo, a la educación, la participación, la salud, la protección social, etc.”, apunta Guzmán.
Las organizaciones de la sociedad civil denuncian que la falta de vivienda digna, junto con la precariedad laboral, están condicionados enormemente la labor que vienen desarrollando, “independientemente de su territorio de actuación o de su especialización”.
Por ello, decenas de colectivos sociales, desde organizaciones vecinales, de atención social, contra los desahucios, en defensa de los derechos humanos, ecologistas, de cooperación, de trabajadores y la propia HOAC, han lanzado una carta a la ciudadanía malagueña para que se una a la manifestación convocada con el lema “Málaga para vivir, no para sobrevivir”.
No solo tratan de expresar su preocupación por la situación actual y recabar el apoyo de la ciudanía a políticas y medidas que permitan “vivir razonable y dignamente en nuestra ciudad”, sino que también quieren elevar sus demandas a las administraciones pública y agentes sociales y económicos para que mediante el diálogo y el compromiso entre diferentes actores se construya “una Málaga que merezca la pena”.
“La complejidad es tal, que no bastará solo con normas, ni tampoco con voluntad, ni tampoco con dejar hacer al mercado”, afirman en su carta pública.
“La Doctrina Social de la Iglesia nos recuerda la necesidad del respeto de los derechos fundamentales de la ciudadanía”, afirma el presidente del la HOAC de Málaga, quien entiende que la participación de este movimiento de Acción Católica especializada en esta movilizacion es tambien una forma de defender “la dignidad de la persona y para los cristianos, su condición de hijo e hija de Dios”.
“Desde la HOAC, defendemos la casa, el hogar, la vivienda como un derecho fundamental necesario para la vida en dignidad y no como una inversión económica”, puntualiza.
“La Iglesia, junto a todos los cristianos y cristianas, debemos tener un compromiso decidido ante tantas familias que han perdido su vivienda o que ni siquiera han podido acceder a ella” reconoce Guzmán quien recuerda las palabras del papa Francisco cuando dijo que “las familias y las casas van juntas. Es muy difícil para una familia salir adelante sin una casa en la que vivir”.
Precisamente, el papa Francisco había señalado, en un encuentro organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que “uno de los riesgos que corremos en nuestras sociedades actuales es el de aceptar pasivamente lo que ocurre a nuestro alrededor, ya sea con cierta indiferencia o porque no estamos en condiciones de encuadrar cuestiones a menudo complejas y encontrarles respuestas adecuadas”. Sin embargo, advertía de que la pasividad “significa permitir que crezcan las desigualdades sociales y las injusticias, incluso en lo que se refiere a las relaciones laborales y a los derechos fundamentales de los trabajadores”, para concluir: “¡Y esto no está bien!”.
“El mundo necesita un compromiso renovado, un nuevo pacto social que nos una –a las generaciones mayores y a las jóvenes– para el cuidado de la creación y para la solidaridad y la protección mutua dentro de la comunidad humana”, concluía.
Redactor jefe de Noticias Obreras