La asociación de víctimas de siniestralidad laboral y la Iglesia de Jaén se solidarizan con el trabajador fallecido de Baeza
La Asociación de Víctimas de Accidentes y Enfermedades Laborales de Andalucía (AVAELA), la pastoral del trabajo y la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de la diócesis de Jaén se han unido al dolor de la familia y vecinos de la pedanía Puente del Obispo de Baeza por Andrés Montoro Troya, trabajador que perdió la vida el 6 de mayo cuando iba a trabajar a la Escuela de Hostelería del Complejo La Laguna.
El fallecido, de 61 años de edad, casado y con dos hijos, falleció al chocar, por causas todavía no aclaradas, el coche en el que se trasladaba a su puesto de trabajo a la entrada de Escuela de Hostelería del Complejo La Laguna, donde trabajaba desde hacía 34 años.
Miembros de la Delegación de Pastoral del Trabajo, de la HOAC han acompañado a los familiares y vecinos en la misa funeral del mes en recuerdo del trabajador fallecido, mientras que representantes de AVELA mostraron su disposición a prestar apoyo psicológico y jurídico, en el caso de a que así se lo soliciten.
En la Eucaristía, se leyeron unas palabras en nombre del obispo, Sebastián Chico Martínez y de toda la Iglesia diocesana en las que expresaba sus condolencias, la más fraternal solidaridad ante el inmenso dolor de familiares, amigos y vecinos por la pérdida de Andrés.
La lacra de la siniestralidad laboral no para. En Jaén este año empieza a adquirir dimensiones dramáticas. Con la muerte de Andrés, son ya doce las víctimas en accidente laboral en los primeros cinco meses de este año 2024.
La dignidad humana también se decide en el terreno laboral, por lo que las entidades cristianas hacen un llamamiento a unir esfuerzo en pro de una organización social que prime a la persona por encima del capital. En especial, apela a la necesidad de que el conjunto de la Iglesia y la sociedad no se canse de aprender y reaprender el arte de cuidar.
San Juan Pablo II, en su encíclica Evangelium vitae, 79 afirmó que “el compromiso al servicio de la vida obliga a todos y cada uno. Es una responsabilidad propiamente “eclesial” que exige la acción concertada y generosa de todos los miembros y de todas las estructuras de la comunidad cristiana”.
También el papa Francisco, en la misa del Gallo de 2021 proclamó: “En el día de la vida. No más muertes en el trabajo y esforcémonos todos por lograrlo”.
En la ceremonia se ha elevado una oración al Dios de la Vida y la Resurrección por Andrés y todos las personas trabajadoras que pierden la vida por la siniestralidad laboral.
Redactor jefe de Noticias Obreras