Primero de Mayo, ¿hay jóvenes en la fiesta?
Hubo unos años que aunque cercanos (¿2018 o 2019?) aquellos que militamos en la Juventud Obrera Cristiana (JOC) de Huesca ya vemos como una especie de “pasado dorado”. Lo cierto es que éramos capaces de convocar a una buena docena de jóvenes a pintar carteles la mañana del 1º de Mayo, y luego bajar poco antes de la hora al lugar en el que los sindicatos mayoritarios arrancaban la manifestación. Inmediatamente al entrar en la Plaza de Navarra, el cálculo de la edad media de los asistentes bajaba un lustro. La singularidad era tan escandalosa que durante esos años de forma ininterrumpida salimos en la prensa local que cubría la mani. Me gusta imaginarme al plumilla buscando perfiles varios (un hombre, una mujer y una persona joven) y no quedarle más remedio que preguntarnos al grupillo de la JOC año tras año.
El 1º de Mayo vuelve a poner un año más en marcha a grupos de jóvenes de la JOC en diversas diócesis. Al igual que sindicatos y otros movimientos obreros estos días repasan la lista de convocatorias; desde la JOC modestamente podemos también añadir con convencimiento nuestra movilización. Jóvenes militantes jocistas se reúnen para repasar el sentido de esta festividad, redactar sus reivindicaciones más sentidas en carteles, y también pasando por el altar ante el ejemplo de Jesús obrero, se echarán a la calle durante el miércoles 1.
Pero no nos engañemos, la cultura mayoritaria está alejada del sentido que nosotros le damos a este día. Expresar la importancia que este día tiene para la JOC encuentra mayoritariamente posturas de incomprensión entre los jóvenes que no son militantes. La cuestión “obrera” está de capa caída, y salvo un puñado de jóvenes con una politización temprana, existe un gran desconocimiento en torno al vaciado título del “Día del Trabajo”. Mención aparte merece el puentazo que brinda este festivo, excusa perfecta para “las últimas vacaciones antes de exámenes” o momento en el que tiene lugar el cuestionable Viña Rock.
Sin embargo, diría que la mayoría de militantes han sabido encontrar en esta fecha un día ideal para poner en práctica pequeños procesos de acción, uno de los tesoros metodológicos de la JOC. Una fecha que es importante “por tradición”, pero que acaba siendo comprendida y rellenada de un contenido siempre actual. No somos de la JOC por una sola cuestión lúdica o de “pertenencia”, si no que sabemos que esta reivindicación apela a toda persona joven que sufren en su curro, que no pueden pagar un alquiler, o que ven en casa una situación económica complicada.
Al final, nuestro movimiento no participa en la fiesta obrera planteando un complejo programa, pero sí que nos proponemos afinar el oído y aclarar las gargantas para oír esas voces trabajadoras; así como es un momento para hacernos conscientes de esta travesía por el desierto –una especie de larga pascua obrera que camina hacia la emancipación– que no queremos abandonar. Así, el Primero de Mayo, con un poco de pedagogía y de insistencia, volveremos a conseguir formar esos grupos de jóvenes que se dejarán ver y oír por las calles de varias ciudades.
Presidente de la Juventud Obrera Cristiana (JOC)