El ingreso mínimo vital llega solo al 12% de población en riesgo de pobreza

El ingreso mínimo vital llega solo al 12% de población en riesgo de pobreza
Un estudio realizado por la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, indica que esta renta mínima solo alcanza a 392.902 hogares. La cuantía media mensual del ingreso mínimo vital (IMV) por persona beneficiaria es de 164€, y 492,4€ por hogar.

En abril, un total de 589.948 familias fueron beneficiarias del ingreso mínimo vital (IMV), lo que representa un apoyo económico para 1.771.480 personas empobrecidas. De las familias beneficiarias, solo 392.902 hogares, equivalentes a 1.006.763 personas, reciben la renta básica de subsistencia debido a sus ingresos inferiores a la renta garantizada, lo que corresponde al 2,1% de la población española. Estas cifras están muy por debajo de la previsión inicial del Gobierno, que en 2020, al implantar esta renta mínima vital, estimaba alcanzar a 850.000 familias en situación de pobreza severa, es decir, a un 17% de la población española (2,3 millones de personas). Hasta el momento, solo se ha alcanzado el 46,2% de esta población objetivo, según los datos que maneja la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales.

Actualmente, en España hay 8.260.000 personas en riesgo de pobreza, es decir, aquellas que viven con ingresos inferiores al 60% de la mediana de ingresos. En este contexto, el IMV solo llega al 12,2% de las personas en riesgo de pobreza, dejando a una gran mayoría desprotegida, denuncia la asociación.

Integración en los servicios sociales de atención primaria

Además, existen significativas desigualdades en la implementación del ingreso mínimo vital entre las distintas comunidades autónomas. El País Vasco, Ceuta y Melilla son las regiones donde el IMV tiene una mayor cobertura, alcanzando al 24,6%, 23,5% y 22,6% de la población bajo el umbral de pobreza, respectivamente. Sin embargo,  Castilla La Mancha (8,7%), Cataluña (8,6%), Canarias (8,3%) y Baleares (5,9%) presentan las cifras más bajas de cobertura, según la asociación.

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Para esta entidad, la mejorar el desarrollo del IMV pasa por integración efectiva en los servicios sociales de atención primaria. Los servicios sociales comunitarios, que tienen una red extensa y capilar que llega a todas las personas necesitada, podrían facilitar una implementación más rápida y eficiente de esta renta de subsistencia. De ahí que reclamen al Ministerio de Inclusión y Seguridad Social que establezca una coordinación adecuada con estos servicios.

La persistencia de las “colas del hambre” evidencia la importancia de una denuncia constante sobre la necesidad de mejorar la gestión del IMV, que en su momento fue calificado como una “vacuna contra la pobreza”. La situación actual refleja un panorama preocupante y exige una respuesta inmediata y eficaz para apoyar a las familias más vulnerables del país.