“Lo importante es tener acceso al gobierno y la flexibilidad de la propia jornada laboral”

“Lo importante es tener acceso al gobierno y la flexibilidad de la propia jornada laboral”
“La regulación del tiempo de trabajo debe servir para aumentar el gobierno sobre nuestras vidas, sobre nuestros tiempos”, ha defendido el presidente del Consell de Treball, Econòmic i Social de Catalunya, Toni Mora, durante la videoconferencia organizada por la pastoral del trabajo de la Iglesia española sobre “Trabajar menos para trabajar todos”.

Toni Mora ha recordado la experiencia de lucha por las clásicas ocho horas de trabajo, de descanso y de ocio del movimiento obrero que llegó a un punto culminante en España en la huelga de la Canadiense en 1919, pero también se ha referido a la ley francesa de las 35 horas impulsada por Martine Aubry y la experiencia alemana, noruega y belga, pero también los intentos, a veces por razones publicitarias, de algunas empresas de reducir unilateralmente su jornada laboral.

Igualmente, ha mencionado la actual mesa del diálogo social, en cumplimiento del acuerdo de investidura del actual Gobierno de coalición de España para rebajar la jornada semanal máxima a las 37,5 horas.

Desde su punto de vista, “hay pocas posibilidades de que finalmente la patronal se sume al acuerdo para la reducción sin pérdida de salario de la jornada y está por ver que Gobierno y sindicatos logren ponerse de acuerdo”.

Con todo, como presidente de un órgano consultivo, en su caso de ámbito catalán, de naturaleza tripartita, en la que están representando la Administración, el empresariado y los sindicatos, Mora se ha mostrado partidario de forzar al máximo la negociación, aun quedándonos un peldaño atrás, para que sea más fácil de ejecutar y más duradera, de modo que un cambio político no la tuerza o implique un cambio de sentido”.

La aspiración de reorganizar los tiempos de los múltiples trabajos, en su opinión, ha de comprenderse también en relación al “reparto corresponsable de los tiempos productivos y reproductivos, dentro de una sociedad que aspira a ser más democrática, más social, más feminista y más respetuosa con la vida humana y el planeta”.

De este modo, “se mejora el bienestar de las personas, su compromiso social, el acceso a la cultura, el tiempo dedicado a los cuidados de nuestros seres queridos, al voluntariado y contribuye a la salud mental en general”, ha defendido.

Pero, ha matizado, hay que entender que en realidad “hay varios tiempos y muchas dimensiones de trabajo”, como el trabajo asalariado y no asalariado, el productivo y el reproductivo, el social y el de cuidados”, por lo que a su juicio la clave está en lograr acuerdos para flexibilización la organización de trabajo desde la codecisión y la democratización de las empresas.

Así, siguiendo el lema de la jornada, propone “trabajar menos para trabajar en las diferentes modalidades todos y todas, y en todos los sectores, permitiendo un uso más corresponsable del tiempo”.

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Descanso y celebraciones

Además, ha apuntado que la reorganización del tiempo del trabajo está íntimamente relacionado con el descanso y con los festivos, por lo que ha recordado que “hay mucha gente que trabaja en domingo o en horas donde los demás hacemos descanso, y eso tiene que ser parte del debate”. “La reducción de jornada no solo ha de avanzar en los sectores que pueden trabajar de lunes a viernes, que son muy pocos, sino en todos los sectores con horarios diferentes”.

En este sentido, ha invitado a preguntarse si la inmediatez para el consumo y la prestación de servicios, 24 horas al día durante los siete días de la semana es un verdadero avance para la sociedad. “Igual no es el modelo avanzado, porque afecta negativamente a otros que no pueden disfrutar de su derecho al descanso y la cultura”, ha planteado.

Mora ha defendido una mejor regulación del trabajo a través de las plataformas digitales, no solo en el reparto a domicilio sino también en los servicios del hogar y los cuidados, que en muchas ocasiones, realizan personas más en precario, por ser migrantes y no tener acceso a mejores ocupaciones ni a veces a la documentación legal correspondiente.

Por eso, ha apostado por “la valoración de los trabajos de cuidado que, no son solo necesarios, sino imprescindibles y todavía van a serlo más en el futuro en una sociedad envejecida, con sensibilidad creciente hacia las personas con discapacidad, donde es necesario el contacto con la persona humana.

Diversidad generacional

La legislación sobre el tiempo de trabajo, a su entender, deberá tener en cuenta la visión generacional sobre el trabajo, donde “las generaciones que se incorporan al ámbito laboral ahora valoran más su tiempo de ocio y el acceso a la cultura y tienen otra visión del trabajo diferente a las generaciones que vienen del la jornada de ocho horas propia del taylorismo”. Eso supondrá, ha relatado, “aumentar las reivindicaciones”, ha señalado, y “convivir con cambios que no van a ser tan rápido y pueden generar frustración”.

Independientemente del resultado de las mesa de negociación social, la representación de los trabajadores tendrá que aplicarse fundamentalmente en cada centro de trabajo, en su opinión.

“La cultura del diálogo social para modificar los tiempos de trabajo es fundamental, antes incluso que decisiones unilaterales que pueden ser muy favorables a  las trabajadores y trabajadores. Es preferible el consenso a una ley que no pueda implantarse realmente”, ha defendido.

“Estamos en un tiempo de ebullición permanente, en una sociedad que lucha contra el cambio climático y debe ver cómo mitigarlo, que responde positivamente contra el patriarcado a favor de una sociedad más feminista, más igualitaria, que debe valorar todos los tiempos de trabajo, cuidado, sociales y acceso a la cultura, debemos ser activistas también fuera de nuestras fronteras a favor de la democracia, más ante una situación que ya algunos califican de prebélica”.

El objetivo debe ser “trabajar menos para trabajar todos y todas en todos los sectores con las mejores condiciones de trabajo, desde la cultura del diálogo, siempre más positiva que las modificaciones unilaterales parciales”, ha expuesto Mora, para quien, igualmente importante es “equilibrar las fuerzas de las partes negociadoras”.

“Lo importante es tener acceso al gobierno y la flexibilidad de la propia jornada laboral, el convenio y el acuerdo es mejor que la ley que siempre cuesta aterrizar en los sectores y en el centro”, ha resaltado y ha insistido en que “el consenso solidifica las leyes, que luego tienen órdenes y reglamentos, más dado el tejido empresarial de nuestro país, mayoritariamente compuesto por las pymes”, lo que al final favorece la implantación de estas medidas.

Finalmente, ha explicado que “el debate está abierto y se va a intensificar, por lo que debemos evitar las ideas preconcebidas y lograr que la disposición del tiempo de trabajo esté centrado en las personas y menos en los intereses económicos”.

“La reducción tiene que plasmarse en la negociación colectiva y en las leyes generales”, ha concluido.

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