Salir del manto
Cuando hablamos de cultura solemos ser reduccionistas, nos quedamos en su uso habitual de tener o no conocimientos, en sus representaciones o lo asociamos solo a tradiciones o costumbres.
Por eso cuando se utiliza para expresar algo que sale de estas limitaciones que le imponemos cuesta entender que abarca mucho más: configura una forma de sentir, pensar y actuar que incide en nuestros estilos de vida, en nuestra actividad y relaciones, sustentado en un sistema de valores que nos lleva a comportarnos y vivir de una manera determinada.
Nacemos y nos desarrollamos en una cultura que, para bien o para mal, nos influye de modo determinante, pues, casi sin darnos cuenta, reproducimos actitudes y esquemas aprendidos del ambiente en el que hemos crecido. Inevitablemente se nos cuelan expresiones, modas, actitudes, pensamientos… que a lo largo de los años asumimos como propios, incluso como rasgos distintivos de nuestra personalidad.
Dependiendo de dónde realicemos nuestro día a día asumiremos una determinada forma de ser y estar o varias, pues eso tiene nuestra sociedad que no solo encontramos una cultura, sino diferentes, aunque de entre todas ellas una se imponga, se erija como la reina del cotarro: la dominante.
Su manto es tan largo y grueso que nos parece normal la oscuridad en la que nos mantiene; al calor de su abrigo no notamos que nos haga falta nada, además como hay mucha más gente, seguro que fuera no existe una vida como la que nos ofrece.
Así es su poder: nos presiona de forma sutil, constante, tratando de convencernos de que el paraíso solo existe bajo sus alas y con sus reglas, que fuera solo la desolación y la soledad hallaremos. Inculcar el miedo, su juego favorito, le viene muy bien en todo momento y en cualquier situación, sobre todo cuando el resquicio de la libertad se vislumbra, cuestionando el desorden establecido, porque, a pesar de la incertidumbre que puedan marcar nuestros pasos fuera de ese cobijo, comenzamos a preguntarnos por su eficacia y pensar salir fuera.
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Militante de la HOAC de Canarias